John Mraz: México es un país muy visual
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John Mraz: México es un país muy visual

Para el investigador, la fotografía y el cine son documentos históricos, sin embargo, en la academia no se han sabido incorporar


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Aunque los historiadores medievales se apoyaron mucho en la imagen, en la actualidad es complicado que ésta sea considerada un documento en la historia. Si bien, la fotografía no es la realidad, tiene una estrecha relación con ésta, y de ahí su importancia en las investigaciones, considera el investigador John Mraz, autor de decenas de artículos y libros publicados sobre los llamados medios modernos: fotografía, cine, video, entre otros.

SOBRE EL DISCURSO HISTÓRICO

“Ha sido muy difícil que la imagen técnica entre en el discurso histórico. Lo interesante es que antes de la invención de la imagen técnica (fotografía, cine, video) los historiadores medievales se apoyaron mucho en la imagen, pero en el momento en que entra la fotografía se confunden porque piensan que eso es realidad. Una fotografía no es realidad, es la reflexión de la luz enfrente de la cámara en el momento en que sacas (fotografías) la imagen, y tiene una relación muy concreta con el mundo real”, explica Mraz.

El autor de Historiar fotografías, publicado recientemente por el Instituto de Investigaciones en Humanidades, de la UABJO, señala que es absurdo que la fotografía o el cine no se admitan como documentos para la historia social o para la historia cultural.

FOTOS Y CINE

“Las fotos y el cine son realmente documentos muy importantes para hacer la historia”, subraya el autor de origen estadounidense, pero que radica en México desde 1981. A la par de ello, explica que el siguiente paso en la historia es estudiar los archivos regionales, es decir, aquellos de otras partes del país, distintas a la capital o el centro.

Es en esos archivos donde se podrán conocer varios temas, como ha ocurrido con los relacionados con la Revolución Mexicana.

“Para mí el siguiente paso es que se hagan investigaciones en los archivos regionales, porque ya sabemos que la mayoría de las fotos de la Revolución salieron de los archivos regionales, de fotógrafos regionales: Jesús Abitia, conectado con el constitucionalismo; los hermanos (Antonio y Juan) Cachú, con el villismo; Armando Salmerón, con el zapatismo, etcétera”.

Basado en ello, Mraz remarca que no hay duda de que las fotografías documentos fidedignos para hacer historia social. “El problema es que los historiadores no saben cómo incorporar eso en los estudios”.

MEDIOS MODERNOS

Pero, si la historia tiene un futuro, tiene que ser un futuro a través de los medios modernos, plantea el autor, quien considerado un mexicano más dice que el país que habita es uno con una cultura muy visual.

“Es una cultura muy visual y eso se ha comprobado con los (premios) Oscar. ¿Quién gana los Oscar? directores y cinefotógrafos mexicanos”, reflexiona. Junto a ello, el autor de los libros Fotografía e historia en América Latina (2015), México en sus imágenes (2014) y Fotografiar la Revolución Mexicana: compromisos e íconos (2010) refiere que existe una inclinación y gusto por el pasado, por conocer la historia.

“40 por ciento de las películas que se han hecho en el mundo están puestas en el pasado; 40 de las que se han nominado al Oscar están puestas en el pasado. La gente quiere conocer el pasado, pero quiere conocerlo de una manera moderna, de una manera de la época en que vivimos, que es una híper visual”.

EL FOTOPERIODISMO

En ese mundo plagado o decantado por las imágenes, Mraz observa que también hay necesidades que atender. Una de ellas es la relación o preponderancia que ha tenido la fotografía de arte respecto a otras como las del fotoperiodismo.

John señala que para entender esta relación, de superioridad de una sobre otra, primero se tiene que entender cómo la foto artística llegó a ocupar un lugar relevante en la academia, los museos y las galerías. Su lugar en estos sitios, explica, es porque es vendible.

“Es una cuestión puramente mercantil”, apunta el autor que para explicar esta entrada a los circuitos de la imagen al arte se remite a la primera exposición sobre historia de la fotografía (Photography 1839-1937), hecha en los años 30 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), y que estuvo a cargo de Beaumont Newhall.

VISIÓN DE HISTORIA DEL ARTE

Junto a eso, otra circunstancia que ha sumado valor a la fotografía artística es el hecho de que en las instituciones educativas la fotografía se estudie desde la visión de la historia del arte. “Eso es grave porque ¿qué porcentaje de las fotos eran hechas con esa pretensión artística? ¿Tres por ciento, cinco por ciento?” Pero con esas cifras se estarían desperdiciando todas las demás imágenes hechas, por ejemplo, por quienes se han dedicado a la fotografía de familia o al fotoperiodismo, señala.

Para John lo importante es identificar los tipos/géneros de fotografías y sus funciones y de ahí analizarlas. Asimismo, romper los parámetros establecidos según la fotografía de arte para estudiar a las imágenes.

Es decir, generar los propios según los tipos de fotografías. “Tenemos que desarrollar nuevas metodologías y de alguna manera convencer a los historiadores que eso es una manera legítima para hacer la historia”, zanja el investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.