Videoastas del Anahuak se reúnen en Oaxaca

COMO UNA oportunidad para “levantar la voz y (dar) un mensaje a 500 años de invasión”, realizadores del país se reúnen en el primer encuentro de Videoastas del Aanhuak, que impulsa el oaxaqueño Oliver Pliego. Desarrollado desde este jueves y hasta el sábado 23 de febrero en el restaurante El Patio (kilómetro 28 de la carretera al Istmo de Tehuantepec), el programa comprende la proyección de 16 videos, además de pláticas con invitados.

El su primera edición, el encuentro se inscribe como parte del Festival Cocijo, que se realiza en las mismas fechas y sitio, y con el cual se promueven diversos conocimientos sobre medicina, educación, danza, entre otros.

“Tenemos que perdonar, pero no tenemos que olvidar porque la invasión sigue y sobre sigue todo en nuestros corazones, en nuestros hábitos, en querer ser algo que no somos porque no conocemos nuestra cultura”, señala Pliego sobre el encuentro que a través de diversos autores se aproxima a temas como la fundación de naciones originarias del México prehispánico.

“Este encuentro es para recuperar esos saberes”, refiere. En este encuentro de videoastas y en el Festival Cocijo, participan además varios abuelos y abuelas “que saben medicina tradicional, temazcal, que saben danzas, herbolaria, todo eso que es nuestra riqueza y que no utilizamos por ignorancia o por pena”.

El encuentro se realiza por primera ocasión, y como parte de él se estrena la tercera entrega del documental Ahora, que desde hace cinco años desarrolla Oliver Pliego. En este, el tercer capítulo, el videoasta aborda el “Equilibrio Anahuaka”, que refiere al “manejo de la energía y la espiritualidad que no se ha perdido y sigue subterránea, pero sigue viva, sobre todo en nuestro ADN”. En los capítulos previos, disponibles en Youtube, ha abordado alimentación y salud (en el primero) y educación y organización (en el segundo).

El documental Ahora, que va por su cuarta entrega, se basa en el libro Historia verdadera del México profundo, de Guillermo Marín Ruiz, impulsor a su vez del Festival Cocijo.

Entre los invitados para el encuentro está el abuelo “Lobo Dorado”, de Tepito (Ciudad de México), quien ha sido uno de los que comparte sus saberes en torno al Toltecáyotl, es decir, una propuesta social para la vida, que practican barrios/tribus denominados calpulli y que se basan en cinco ejes de desarrollo: el humano, social, ecológico, económico y espiritual.

Al abuelo “Lobo”, señala Pliego, como a todos los que participan en su documental, los ha conocido porque se los ha puesto la vida, “porque estoy haciendo un trabajo importante que es altruista, aparte, no estoy cobrando ni pienso ganar dinero con eso, sino es una ofrenda a mi nación”.

Este trabajo, añade, se basa en la reciprocidad toltecáyolt, “que es ofrenda a la nación” y apoyo mutuo.