Oskar Arngården es el nombre del sacerdote que ha cautivado a miles y está dando la vuelta al mundo. Pero no específicamente por su vocación religiosa, sino por las rutinas que sube en sus redes sociales. Esto ha generado sorpresa en muchas personas que se cuestionan si es posible compaginar una vida entregada a Dios y un entrenamiento de alta intensidad.
Oskar es un cura sueco de tan solo 35 años, que además ama el crossfit y es instructor de un gimnasio. Él mismo se define en su cuenta de Instagram como “Un cura en la Iglesia de Suecia con gran pasión por el entrenamiento”. Donde muestra sus dos grandes pasiones: Cristo y las pesas.
A fin de dar a conocer su estilo de vida, el padre Arngården también comparte cosas relacionadas con su vocación, y no solo videos y fotografías en el gimnasio. Su contenido puede variar entre imágenes en las que se le ve bautizando bebés, casando parejas y más. Esto no es todo, ya que el sacerdote también ha recibido comentarios por parte de sus seguidores sobre un parecido físico con el actor de vida “Thor” Chris Hemsworth, y como consecuencia tiene mayores visitas en su cuenta.
Pero esto no es algo nuevo ya que la tendencia de compartir rutinas de ejercicio en redes sociales está incrementándose. Los llamados influencers muestran los métodos que realizan para ostentar su tonificada figura.
Según Julian Riano, especialista de GUIADESUPLEMENTOS, menciona que este tipo de contenidos son un arma de doble filo. Para el experto, el hecho de que existan líderes del fitness es positivo, ya que impulsa a los usuarios a realizar una práctica deportiva constante. No obstante, recalca que estas figuras no deben recomendar dietas ni suplementos, ya que una dieta o régimen debe ser diseñado específicamente según las necesidades y condición física de una persona.
A pesar de estos riesgos, las plataformas sociales son una fuente de inspiración para adoptar los ejercicios físicos a la rutina diaria, e incentivan a la imitación. De acuerdo a un estudio realizado por Sinan Aral y Christos Nicolaides, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusett (MIT), analizaron patrones de ejercicio diario de más de un millón de corredores, durante un tiempo de cinco años. El objetivo era conocer si la aceptación por la actividad física es capaz de transmitirse.
El estudio reveló que el ejercicio físico es un hábito contagioso. Entonces, la explicación que dieron los especialistas fueron que las redes sociales como Instagram, Facebook o Twitter pueden imponer tendencias que incrementan con suma rapidez. Por lo tanto, respecto a la moda “fitness”, los usuarios buscan referentes para replicar sus actos.
Es por ello que, estas personas magnifican el número de admiradores compartiendo sus secretos sobre cómo obtuvieron sus cuerpos atléticos. Asimismo, apoyados por aplicaciones y demás consejos nutricionales, el objetivo es motivar y socializar, con videos e imágenes que fomentar este estilo de vida.