El despliegue de 5G se estanca justo cuando más se necesita
México arrancó bien con la llegada de la red 5G en 2022, pero a mediados de 2025, el panorama es muy distinto: no hay nuevas ciudades conectadas, no se han abierto nuevas bandas de espectro y el marco legal sigue en el limbo.
La cancelación de la subasta IFT-12, que estaba prevista para enero de este año, dejó claro que las prioridades del nuevo gobierno se están reordenando. El proceso incluía la licitación de más de 2 mil bloques en frecuencias clave para el futuro digital del país, como la banda de 600 MHz y 2.5 GHz. Todo se suspendió a solo 11 días del inicio.
La razón: el gobierno de Claudia Sheinbaum decidió frenar todo hasta tener un nuevo modelo de telecomunicaciones, ahora bajo la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT). El problema es que, mientras se rediseña ese nuevo modelo, la red 5G en México quedó en pausa.
¿Quién gana y quién pierde con este parón?
Telcel domina… pero a costa del avance general
Telcel, el operador más grande del país, es también el que más ha avanzado en 5G: tiene presencia en 125 ciudades. Pero no ha sumado nuevas desde 2024. AT&T logró aumentar su cobertura de 31 a 56 ciudades. Movistar sigue con apenas 38. En comparación, Brasil ya supera las 450 ciudades con 5G.
Especialistas afirman que el freno en la licitación solo consolida el dominio de Telcel, mientras los demás operadores se quedan sin condiciones para competir. La falta de espectro no solo limita la cobertura, sino también la calidad del servicio y la posibilidad de ofrecer planes accesibles.
El costo de la incertidumbre
Se necesitan miles de millones… y reglas claras
De acuerdo con la CEPAL, México necesitaría invertir al menos 37 mil millones de dólares en los próximos años para alcanzar cobertura 5G a nivel nacional. Pero hoy, los operadores están recortando sus presupuestos. América Móvil, matriz de Telcel, invertirá en 2025 un 5 % menos que el año anterior.
Además, México tiene uno de los espectros radioeléctricos más caros de América Latina. En la última subasta real, solo se vendió el 10 % de los bloques ofrecidos. Telefónica ya devolvió sus concesiones, y AT&T también recortó frecuencias por el alto costo.
Este ambiente de incertidumbre afecta directamente a sectores clave como manufactura, logística y salud. Muchas empresas que podrían apostar por el nearshoring en México ya reportan caídas de conectividad que afectan su operación diaria.
¿Y Altán? ¿Puede salvar el futuro digital?
El plan alternativo del gobierno
En medio del freno regulatorio, el gobierno ve en Altán Redes una opción para democratizar el acceso a 5G. La red mayorista, ahora bajo control de la CFE, podría recibir acceso a la banda de 2.5 GHz sin subasta, gracias a disposiciones legales de transición.
La idea es que Altán actúe como proveedor neutral, llevando internet de alta velocidad a zonas rurales y operadores móviles virtuales. Pero para que esto funcione, se necesita algo que hoy no existe: reglas claras, transparencia y una hoja de ruta bien definida.
¿Hacia dónde vamos?
Cinco años de retraso en juego
Si no se reactiva pronto la asignación de espectro ni se aclara el papel de las nuevas autoridades, México podría quedarse hasta cinco años atrás frente a otras economías emergentes.
El 5G no solo es velocidad en el celular: es infraestructura para hospitales conectados, fábricas automatizadas, ciudades inteligentes. Sin esta red, esos proyectos simplemente no ocurren.