Garantizar el acceso a internet de todos los mexicanos y mexicanas redunda entonces en el beneficio del país en su conjunto, pero, aunque se están haciendo grandes progresos, sigue habiendo una gran desigualdad.
En particular preocupa que las zonas rurales sigan muy por detrás de las áreas urbanas en cuanto a las cifras de acceso a internet. A pesar de las facilidades que ofrece la comunicación móvil, llevar esta conectividad a las áreas rurales presenta numerosas dificultades, desde los menores recursos económicos de las familias que viven en estas áreas, hasta los problemas logísticos de la instalación de la infraestructura necesaria.
Un 81,2% de la población mexicana usa internet
La encuesta más reciente elaborada por el Inegi nos indica que el 81,2% de la población mexicana tiene acceso a internet, es decir, unos 97 millones de personas. Estas cifras suponen un aumento con respecto a las de años anteriores, pero sigue habiendo mucho trabajo por delante a la hora de garantizar el acceso al mundo digital para toda la población nacional, sobre todo entre la población más desfavorecida y las zonas rurales.
La misma encuesta sitúa el porcentaje de la población urbana con acceso a internet en el 85%, mientras que en las zonas rurales este porcentaje cae al 66%. La diferencia es abrumadora, y pone de manifiesto las dificultades para acceder a la red lejos de las principales ciudades mexicanas, donde los ingresos promedios son mucho más reducidos y donde la infraestructura digital todavía tiene mucho camino por recorrer.
El celular, la principal herramienta de navegación
El estudio pone de manifiesto la enorme presencia de los celulares como medio de acceso a internet. Un 97,1% de los mexicanos y mexicanas con acceso a la red se conecta desde un celular, mientras que solo un 44% tiene una computadora. Sorprende el rápido crecimiento de las Smart TVs, que ya alcanzan a un 37,8% de los usuarios y usuarias de internet en México, y pronto podrían superar a las computadoras.
El bajo costo de los celulares de gama media y gama baja en el país, la flexibilidad de los planes de telefonía y la posibilidad de aprovechar las redes Wi-Fi públicas son algunas de las principales ventajas de los celulares a la hora de facilitar el acceso a internet en México. Por eso, las mejoras en la conectividad móvil de las áreas rurales del país pueden ayudar enormemente a facilitar el acceso a internet de su población.
La inflación castiga a las familias menos afortunadas
Para las poblaciones más desfavorecidas del país, incluso los planes de telefonía celular más económicos pueden resultar muy costosos. Muchas familias no pueden garantizar su conectividad móvil de forma permanente, y pueden pasar varias semanas entre el vencimiento de una recarga de su plan y la nueva recarga que les vuelve a dar acceso a la red. La inflación en México, que volvió a dispararse el pasado mes de julio, empeora el problema.
Los continuos incrementos de los precios en los últimos dos años afectan a las compras del supermercado, la renta del hogar e incluso los servicios básicos. Sin embargo, los salarios no están creciendo de forma acorde, así que son muchos los mexicanos y mexicanas a quienes les resulta cada vez más difícil afrontar sus gastos cotidianos. Que las compañías de telefonía mantengan sus precios sin cambios puede ayudar, pero con frecuencia es insuficiente.
Las plataformas de recarga internacionales
La gran comunidad de emigrantes mexicanos en Estados Unidos y Canadá resulta de mucha ayuda para sus familiares en el país gracias a los servicios internacionales de recargas a México. Plataformas como BOSS Revolution permiten hacer recargas a celulares mexicanos desde otros países, de manera que quienes ganan un salario en dólares pueden destinar una pequeña parte de sus ganancias a financiar la comunicación móvil de sus familias en México.
Para ellos resulta de gran ayuda porque les sirve para mantenerse en contacto con sus seres queridos, y, además, es una forma de apoyarlos económicamente sin necesidad de hacer transferencias internacionales o pagar comisiones bancarias. Y, por supuesto, para sus familias supone un gran alivio poder desentenderse del pago de sus planes móviles y destinar sus pesos a otros gastos esenciales como la renta o las compras diarias.
El problema de la infraestructura
Mención aparte merece el problema de la infraestructura en las áreas rurales. La conectividad móvil es mucho más fácil de implementar en las áreas densamente pobladas –es decir, en las zonas urbanas–, donde una simple torre de telefonía puede dar servicio fácilmente a decenas de miles de personas. En cambio, la población rural está mucho más dispersa, lo que reduce la rentabilidad por usuario de estas torres.
Y no solo se trata de una cuestión de densidad poblacional. Las torres de telefonía deben conectarse a los nodos de internet a través de un cableado de alta velocidad. Este cableado ya está operativo entre las principales ciudades mexicanas, pero hacerlo extensivo a las zonas rurales dispara el costo para las compañías telefónicas. Sin unos subsidios adecuados, es previsible que el despliegue de esta infraestructura continúe siendo lento.
Más acceso a internet equivale a más oportunidades
El lado positivo de las cifras publicadas por el Inegi nos muestra un México que está más conectado que nunca antes, y, si continúa esta tendencia, el año que viene será todavía mejor. Las áreas rurales van elevando poco a poco sus niveles de conectividad para aproximarse a los de las zonas urbanas, y todo esto se traduce en mejores oportunidades para millones de personas que buscan una mejor educación, un puesto de trabajo, o emprender un negocio.
Una mayor conectividad a internet podría traducirse entonces en un salto importante en la calidad de vida de las zonas rurales mexicanas. Además, podría favorecer el desarrollo de negocios locales y mejorar las condiciones educativas en estas regiones, reduciendo la necesidad de migrar a las ciudades en busca de oportunidades, y fomentando cada vez más el talento local de sus gentes.