El auxiliar técnico de los Pumas de la UNAM, José María Bazán, alzó la voz tras las polémicas decisiones arbitrales que marcaron el partido contra el equipo rival, solicitando una revisión más cuidadosa de las expulsiones de Piero Quispe y Gustavo Lema.
LA POLÉMICA
El pasado fin de semana, los Pumas de la UNAM vivieron un encuentro marcado por la polémica, cuando el árbitro Fernando Hernández mostró dos tarjetas rojas antes del descanso a los mediocampistas Piero Quispe y Gustavo Lema. En medio de la frustración por las decisiones, el auxiliar técnico del equipo, José María Bazán, expresó su desacuerdo con la actitud del silbante, al considerar que las expulsiones fueron apresuradas e injustas.
“Yo estaba cerca de la jugada y no vi roja. Lo que sí vi fue un convencimiento del árbitro para sacar la tarjeta. Es una jugada que debía haber sido analizada mejor. En el caso de Gustavo, aunque estaba un poco lejos, me parece que la expulsión fue rápida y no justificada. Están abusando del temperamento”, comentó Bazán en conferencia de prensa tras el partido.
MENSAJE A LA HINCADA AURIAZUL
El estratega argentino, quien asumió la responsabilidad del equipo tras los recientes reveses, también dirigió un mensaje a la hinchada auriazul, pidiendo apoyo incondicional a los jugadores, a pesar de la distancia que ha crecido entre el plantel y la afición debido a los resultados poco favorables.
“A la afición les pediría que sigan apoyando, que sigan teniendo confianza en el equipo porque hay chicos que necesitan de cariño y respaldo. Ellos están entregando todo en la cancha. Esto lo vamos a revertir. Siempre lo encontramos. Estamos trabajando para recuperar la química, que la tenemos en los entrenamientos, pero no la hemos encontrado aún los sábados”, agregó Bazán.
ESPERANZAS DE MEJORAR
Pese a los desafíos que enfrentan los universitarios, el auxiliar técnico mantiene la esperanza de que el equipo logrará encontrar su mejor versión y revertir el mal momento que atraviesa. Enfatizó que el camino del trabajo y la humildad es el único que conocen, y recordó que el Pumas de la temporada pasada era un equipo sólido y difícil de vencer.
“No conocemos otro camino que no sea el trabajo y la humildad. No estamos encontrando el juego que queremos, pero sabemos que podemos volver a ser ese equipo difícil de derrotar en cualquier cancha. Estamos buscando el balance necesario para llegar a la Liguilla con fuerza”, concluyó Bazán, dejando claro que la lucha no termina aquí y que la esperanza sigue viva.
Con el equipo en una fase de reconstrucción y la presión aumentando, los Pumas deben encontrar respuestas tanto en su rendimiento en el campo como en la gestión de las emociones ante decisiones arbitrales que siguen marcando el rumbo de su temporada.