La paraciclista oaxaqueña Gilda Andrea Hernández Ramírez, es un ejemplo de la fortaleza femenina, llena de sueños, entusiasmo, motivación y se encuentra en busca de clasificar a Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
Actualmente la medallista de paralimpiada, está concentrada con la selección nacional de la especialidad en el Centro Paralímpico Mexicano (Cepamex), en la capital del país, con la mira puesta en el Panamericano de Pista y Ruta a celebrarse en Brasil del 17 al 22 de marzo, donde su misión es lograr una buena posición y así sumar puntos en el ranking mundial.
En charla con SÚPER DEPORTIVO, la ciclista se mostró segura de poder llegar a la justa olímpica.
“Me encuentro entrenando muy fuerte para lograr mis metas, pero necesito sumar la mayor cantidad de puntos en las Copas Panamericanas de Paraciclismo”, aseguró.
Después de la justa en Brasil, Hernández Ramírez tiene una cita en Los Ángeles, Estados Unidos, después en Chicago, ambas en el mes de abril, y en mayo viajará a Canadá, mientras que en junio el reto es el Campeonato Mundial de la especialidad en Bélgica.
“Tenemos un 90 por ciento de probabilidad para llegar a Tokio, porque en el pasado Campeonato del Mundo en Holanda ocupé la séptima posición, colocándome como la mejor del país y por eso es muy posible que nos den esa plaza”.
A sus 19 años, Gilda es la paraciclista más joven de su categoría a nivel mundial y a pesar de su novel trayectoria, se siente preparada para llegar lo más lejos posible.
“Me dicen mis entrenadores que he avanzado muy rápido y que tengo mucho talento el cual hay que tratar de aprovechar, porque compito a nivel mundial con atletas mayores de 30 años, sin embargo, no me confío y sé que debo de dar más día a día”, asentó.
Con gran motivación
Con voz de seguridad, la joven pedalista reveló que tiene múltiples motivos para dejar todo en cada pista.
“Me siento muy motivada por todas las personas que tienen cáncer, quiero darles una esperanza de vida, demostrar que se puede salir adelante a pesar de las adversidades, ya que yo a causa de esta enfermedad perdí mi pierna y tuve que luchar para superarme”, expresó.
En esta carrera, Gilda también se siente impulsada por tener el apoyo familia, entrenadores y compañeros que la llevan a dar más de lo que siempre da, y más que nada porque le apasiona el ciclismo.
“Me encanta sentir la adrenalina, el aire, el cansancio y sentir que cada día más puedo dar algo más extraordinario y poder superarme como atleta, como persona y como alumna”, indicó la estudiante de primer semestre en Diseño Multimedia por la Universidad Anáhuac.
Dos años de aventura
Sobre sus inicios, Hernández Ramírez recordó que inició hace dos años gracias a una invitación que le hizo el también paraciclista, Reynaldo Hernández López, quien la invitó a participar en las carreras sabatinas.
“Lo vi correr y eso me motivo e inspiró, de ahí surgió la idea y no he dejado de entrenar”, admitió.
A pesar de tener relativamente poco tiempo en el mundo del paraciclismo, Gilda se ha ganado un destacado lugar en el deporte, al ser bicampeona de Paralimpiada Nacional y seleccionada mexicana.
El progreso en tan poco tiempo, lleva a Gilda a soñar en grande.
“Anhelo darle una medalla a México en Juegos Paralímpicos dentro del paraciclismo, sería la primera mujer y primera en esta disciplina. No es algo que podamos lograr de la noche a la mañana, pero no dudo en lograrlo”, admitió.
Contra la corriente
Ganarse un lugar en el paraciclismo mexicano no ha sido sencillo para la destacada competidora, quien se ha tenido que adaptar a un deporte donde predomina la presencia masculina.
“Ha sido algo difícil porque a veces por ser mujeres nos ponen poca distancia, y es un poco limitante que te digan que corres menos, pero algunas chicas intentamos correr más aunque no nos dejan. También en el caso de las premiaciones no son parejas por la razón de que hay pocas mujeres y esto no alienta mucho la participación femenina”, sentenció.
Por estas razones, “hay que saber luchar contra los estereotipos y la desigualdad, pues también hay mujeres que podemos dar más que los hombres, no somos el sexo débil como se decía antes, y estamos demostrando que tenemos el potencial y somos fuertes”.
Apoyo privado fundamental
A estas adversidades se suma la falta de apoyo oficial, ya que Gilda Andrea costea sus salidas con el auspicio de la Iniciativa Privada.
“Afortunadamente estoy contando con el apoyo de mi patrocinador Maximiliano Bolaños, así como bicicletas Bicimundo. Lamentablemente no cuento con el apoyo total del Gobierno del Estado, del que solamente he recibido respaldo en paralimpiada, pero no para este proceso de concentraciones y viajes”, informó.
Probablemente en la Copa Panamericana, cuente con el apoyo de la Comisión Nacional de cultura Física y Deporte (Conade), pero espera que se sume el Instituto Estatal de Cultura Física y Deporte (Incude), para poder competir dignamente.
Por último, la joven pedalista agradece el apoyo de todas las personas que confían en ella y dedica sus logros al personal de salud que trabaja en el Hospital de la Niñez apoyando a todas las personas con enfermedades como cáncer, y a todos esos niños, niñas, jóvenes y adultos que luchan todos los días por salir adelante.
Sangre de guerrera
Gilda Andrea es una guerrera en toda la extensión de la palabra. A la edad de 11 años le fue detectado un cáncer; osteosarcoma de tibia izquierda (cáncer de hueso) posteriormente le dieron tratamientos de quimioterapia para luego operarla y ponerle una prótesis interna de titanio la cual le duraría 5 años pues el cáncer regresaría para darle a su vida un giro de 360° en la cual le amputarían su pierna izquierda.
Poco tiempo después en el deporte adaptado encontraría su pasión: El ciclismo. Hoy, con dos años de practicar este deporte, Gilda tiene la posibilidad de buscar su pase a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 y no se cansará hasta lograrlo.
