La de hoy fue una historia de guerra, de lucha ante la adversidad. Los Guerreros la volvieron a hacer como en el 2015 cuando dos fogonazos de Oribe Peralta fulminaron a los Tigres, en esta ocasión fueron Osvaldo Martínez y Djaniny Tavares los que se vistieron de héroes para culminar una hazaña que parecía imposible. Santos, con un hombre menos, se impuso 2-0 (2-2 global) y avanzó a la ronda de semifinales, en donde se verá con América.
Sin nada por perder y todo por ganar, Robert Dante Siboldi mandó una formación netamente ofensiva con tres atacantes, Tavares, Rodríguez y Furch partieron de inicio junto con Osvaldo Martínez y Brian Lozano como volantes ofensivos. Y así en los primeros minutos mostraron ese deseo de marcarle a unos Tigres que renunciaron al balón como estrategia.
Y a los 16 la receta surtió efecto con un gran disparo de tiro libre de Osvaldo Martínez quien la cobró por arriba de la barrera, dejando parado a Guzmán y dándole esperanza a los laguneros.
A los 27 el árbitro Jorge Isaac Rojas tomó una decisión polémica al echar del juego al uruguayo Jonathan Rodríguez tras un pisotón sobre Javier Aquino, causando la molestia de los albiverdes y del público asistente.
La falla del juego fue del francés André-Pierre Gignac que tuvo la muerte del rival en su cabeza y de frente a la portería abierta, sin embargo su remate fue desviado, lo que le dio vida a la escuadra local.
Para meterle más drama a un ya de por sí emocionante juego, a los 73 apareció la figura del campeón de goleo que, con una dura lesión en el hombro sacó valor para disparar de media distancia un balón que Nahuel Guzmán dejó escapar, la pelota entró lentamente hasta besar las redes, poniendo el dos por cero y el pase momentáneo a las semifinales para los santistas. Esta fue la última jugada del caboverdiano ya que no pudo continuar, en su lugar entró Javier Cortés.
