Vera recuerda el título Puma; Tucazo casi le vuela la cabeza
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Vera recuerda el título Puma; Tucazo casi le vuela la cabeza

El chileno estuvo en primera fila para ver a Ricardo Ferretti cómo le pegaba al balón frente al América aquel 22 de junio de 1991


Vera recuerda el título Puma; Tucazo casi le vuela la cabeza | El Imparcial de Oaxaca

Juan Carlos Vera (5 de julio de 1960, La Calera, Chile) se sincera con el Tucazo: “Si yo no me muevo también me lleva a mí”. Fue el jugador de Pumas con el mejor lugar para apreciar el histórico episodio. Como intruso, pegado a la barrera americanista, vio de frente a Ricardo Ferretti y por la forma de perfilarse del brasileño ante el balón, sabía que del botín del bigotón saldría un trallazo que sólo la red de la portería podría detener.

Ese tiro libre convertido en anotación y que definió el título para Pumas sobre el América hizo que la tarde del sábado de 22 de junio de 1991, quedara marcada para los aficionados universitarios, pero también para sus protagonistas.

Era un placer ver jugar a ese equipo que hizo historia. Cada partido lo jugaba con alegría sabiendo que esto era un juego. No sólo fue importante para mí como futbolista, fue muy importante para la afición porque había dos finales perdidas con el América”, rememora Vera.

Ese año Universidad dejó las cosas bien claras de que era un equipo grande y pasó por arriba de todos, del America, de Cruz Azul, de Chivas; fue el mejor equipo desde el primer partido hasta el último que jugamos. Fue el Clásico de la ciudad, ante el rival más importante y ser campeones fue lo más grande”, agrega.

El equipo dirigido por Miguel Mejía Barón marcó una época al terminar con una sequía de diez años sin un título de los Pumas. De los titulares, sólo dos eran extranjeros (Vera y Ferretti) y el resto surgidos de las fuerzas básicas.

“Miguel era un tipo espectacular como persona y un tipo audaz como entrenador. Con gente joven y algunos de experiencia logró hacer un equipo al que era imposible que le ganaran. Teníamos muchas variantes con jugadores. Un Luis García, un Jorge Campos, jugadores con casta importante y fuimos historia no sólo para el Club Universidad sino para el futbol mexicano.

Ese equipo motivó mucho a la gente joven, no sólo a seguidores de Pumas”.

Imposible perder

Juan Carlos Vera recuerda que llegaron al último partido con la desventaja 2-3 ante el América. Miguel Mejía Barón, horas antes del crucial duelo en el Olímpico Universitario, se reunió con sus jugadores.

En la final sólo nos dijo: ‘hagan lo que han venido haciendo y levantemos esa Copa’ y conseguimos el mejor campeonato que ha tenido Pumas”.

Vera intervino en la acción previa al famoso tiro libre.

Fue una jugada que me dan el balón desde el lado derecho, luego le llegó el balón a García Aspe que hace una pared con Tuca, que lo pararon con un faul.

Vi a Tuca tan concentrado que pensé le iba a pegar como en los entrenamientos. Le pegaba durísimo. Yo me metí a la barrera y cuando lo vi correr tan decidido para pegarle al balón, pensé si yo no me muevo también me lleva a mí, me acagché un poquito y el balón se metió en el lugar que quería Ricardo… fue un golazo. A veces era inspiración de un jugador o a veces del equipo completo”.

El Pelé de La Calera

 

Juan Carlos Vera no tardó en encajar con los Pumas y convertirse en un ídolo de los aficionados. Su larga y ensortijada cabellera, el número uno en la espalda y las cintas blancas en ambas muñecas, con las que protegía unas imágenes religiosas que siempre lo acompañaban, son recuerdos vigentes de aquel jugador.

Vera era conocido como Pelé en La Calera, una ciudad chilena ubicada en la Provincia de Quillota. Su estilo descarado con el balón, los regates y sus trazos exactos, le hacía honor a su famoso apodo  y poblaba las tribunas. Esa misma magia con el balón la trasladó a México, primero con el Morelia y luego como el engranaje perfecto de los Pumas.

Para eso me contrataron, los Pumas sabían de mis condiciones en la cancha y no se equivocaron y yo tampoco me equivoqué al hacer buen trabajo”, expresa Vera, quien al final de la temporada 90-91 recibió la distinción como mejor jugador.

A casi 30 años de distancia, las imágenes siguen vivas para Juan Carlos Vera, pero no así los recuerdos físicos.

De las playeras de Pumas sólo tengo una, la de color oro manga larga que la tiene mi hija, es la única que tengo porque todas las regalé, incluyendo la de esa final. No recuerdo a quién se la regalé para ahora pedírsela por lo menos para tomarle una foto.

Regalaba tres o cuatro playeras cada partido especialmente a los rivales. Tenía un contrato con la empresa que hacia las playeras que me enviaba entre 10 y 15 por semana. Varios jugadores del América tenían un playera mía”.

Siempre agradecido

 

Vera estuvo de visita hace unas semanas en México, un país que no olvida el exquisito futbol que dejó regado por las canchas. Fue homenajeado por el Morelia e ignorado en Pumas, pero el mejor reconocimiento que se lleva es el espontáneo. Como el de aquel aficionado americanista, que sin rubor alguno, le reconoce como uno de los mejores. También los nuevos aficionados de los Pumas, quienes se acercan para saludar a la leyenda, que era protagonista de los relatos de sus padres.

Las redes lo siguen recordando y no sólo las de las porterías sino las sociales, un medio en el que aprovecha para interactuar y estar al tanto de lo que sucede en el futbol mexicano.

Yo tengo muchos seguidores que siempre me están mandando mensajes y agradeciendo de haberme visto jugar. Luego cuando vengo a México y se me acercan chicos para decirme que sus papás le hablaban de mí, es como una cadena que me hace sentir que lo que hice acá lo siguen reconociendo. Jugadores que luego fueron profesionales me dicen que era su ídolo”.

De la actualidad del equipo universitario prefiere ser mesurado en sus comentarios. Aunque hay algo que le llama la atención en los últimos años: “Pumas nunca contrataba jugadores mexicanos de otros equipos, habría que ver lo que se estaba haciendo atrás”.

De lo que pasa ahora en Pumas no tengo comentarios, sería una falta de respeto de mi parte hablar porque yo no estoy en el equipo día a día para saber qué está pasando. La respuesta la tienen el presidente, el cuerpo técnico y los jugadores. Sería irrespetuoso hablar de cosas que no son mías. La respuesta la tienen otras personas”.

Desea que el  equipo universitario regrese a los primero planos y espera que el también chileno Nicolás Castillo siga convertido en ídolo de los aficionados.

Lo que pasa es que el equipo de la Universidad es muy especial pero hay que ser especial como futbolista para adaptarse. Se debe a los aficionados que van al estadio y pagan para ir a verlo jugar. Ojalá que sea un ídolo importante para el equipo y que siga haciendo goles”.

Juan Carlos Vera siempre recibe ofertas importantes de trabajo en sus visitas a México, las cuales analiza con detenimiento. Por lo pronto está dedicado a su empresa relacionada con el futbol en la que hace visorías de jugadores.

Somos scouts para equipos que están buscando jugadores con cierta referencia, no representamos jugadores. Somos intermediarios y tenemos reuniones con algunos clubes con buena aceptación y agradezco el trato que tuvieron conmigo para buscar jugadores de buen nivel para el futbol de México”.