En un caso que revela la persistencia de la violencia sexual contra mujeres en comunidades rurales de Oaxaca, el Tribunal de Enjuiciamiento dictó una sentencia condenatoria de 14 años de prisión contra Eduardo G.R., por su responsabilidad en el delito de violación cometido en Mazatlán Villa de Flores, región Sierra de Flores Magón, en 2021.
La víctima, cuya identidad permanece protegida por ley, señaló a su agresor como su ex pareja sentimental, un dato que visibiliza las violencias normalizadas dentro de relaciones afectivas, donde la cercanía no exime la brutalidad.
Un proceso que rompió la impunidad
Los hechos ocurrieron el 8 de agosto de 2021. Cuando la mujer fue agredida sexualmente en inmediaciones del municipio mencionado. Tras denunciar el ataque, la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) inició una investigación a través de la Vicefiscalía de Control Regional. Logrando la detención del agresor y su vinculación a proceso.
El caso fue fortalecido con trabajo multidisciplinario, incluyendo pruebas periciales, testimonios, y acompañamiento a la víctima. Este enfoque permitió que el tribunal contara con los elementos suficientes para emitir la sentencia.
Además de la pena de prisión, el sentenciado deberá cubrir una multa económica y la reparación integral del daño, conforme lo establece la legislación vigente.
Violencia sexual: un flagelo que persiste en comunidades rurales
Este caso visibiliza un fenómeno particularmente complejo en zonas serranas y de alta marginación. Donde el acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia sexual suele estar mediado por factores culturales, sociales y económicos. La valentía de la víctima al denunciar, y la respuesta institucional en este caso, marcan una diferencia que no es aún la norma.
Organizaciones defensoras de derechos humanos han advertido que en muchos municipios oaxaqueños las víctimas de violación enfrentan presiones comunitarias o familiares para no denunciar. Y, desafortunadamente, en muchos casos, los agresores son figuras cercanas.
¿Justicia excepcional o nueva tendencia?
Aunque la FGEO destacó que este resultado forma parte de su estrategia de combate a delitos contra mujeres, niñas, niños y adolescentes, las estadísticas generales del estado muestran que la impunidad en delitos sexuales sigue siendo alta. Colectivos feministas han insistido en que estos avances aún no son proporcionales a la magnitud del problema.
Finalmente, la condena contra Eduardo G.R. representa un mensaje contundente para las víctimas que aún dudan en denunciar y para los agresores que confían en la impunidad. Sin embargo, queda la tarea pendiente de garantizar que todas las mujeres oaxaqueñas, en todos los rincones del estado, tengan acceso a justicia pronta, sensible y efectiva.