La muerte de Rodrigo, un joven arrastrado por la corriente del arroyo Culebreado en la comunidad La Victoria, ha revivido la indignación colectiva tras la difusión de un video en el que testigos presenciales optaron por grabar la tragedia en lugar de ofrecer ayuda. Este trágico incidente ocurrió el pasado domingo 20 de octubre y ha llevado a la Fiscalía General del Estado (FGE) a abrir una investigación preliminar por el posible delito de omisión de auxilio.
#Entérate | Indignación y frustración causó un video en el que se observa el momento en que un hombre es arrastrado por la corriente de un arroyo en la localidad de La Victoria, Catemaco Veracruz; el enojo ciudadano fue porque la víctima no fue auxiliada y mejor la grabaron | pic.twitter.com/bGtnWUYQ5J
— El Imparcial de Oaxaca (@ImparcialOaxaca) October 21, 2024
LOS HECHOS
En el clip se aprecia a Rodrigo, en un intento desesperado por salvar su vida, aferrarse a un puente mientras la fuerte corriente lo arrastraba. Sin embargo, a pesar de su angustia, quienes presenciaron el evento decidieron enfocarse en sus teléfonos móviles en lugar de intervenir. Este comportamiento ha generado un profundo malestar en la comunidad y en las redes sociales. Donde muchos cuestionaron la falta de empatía y responsabilidad de los testigos.
Luego, dos días después del incidente, el cuerpo sin vida de Rodrigo fue hallado, lo que desencadenó una ola de reacciones de repudio y tristeza. Las autoridades locales, al enterarse de la situación, comenzaron a revisar testimonios y otras evidencias con el objetivo de determinar si se procederá con una carpeta de investigación formal contra aquellos que omitieron ayudar al joven.
LO QUE DICE LA LEY
El Código Penal de Veracruz, en su artículo 155, establece que cualquier persona que sea testigo de una situación de peligro inminente y no preste auxilio o avise a las autoridades puede enfrentarse a penas de hasta tres años de prisión. Este marco legal subraya la importancia de la responsabilidad civil en situaciones críticas, un aspecto que ha quedado en el centro del debate público tras la muerte de Rodrigo.
Por otra parte, la comunidad de Catemaco, conocida por su calidez y cercanía, ahora se enfrenta a un dilema moral que cuestiona la humanidad de sus habitantes. La tragedia de Rodrigo se ha convertido en un llamado de atención sobre la importancia de actuar ante el sufrimiento ajeno. Recordando que, en momentos críticos, la vida de una persona puede depender de la acción o inacción de quienes están a su alrededor.
Mientras la FGE de Veracruz continúa con su investigación, la figura de Rodrigo se alza como un símbolo de la necesidad de fomentar una cultura de solidaridad y apoyo mutuo. Esto es un recordatorio de que cada vida cuenta y que cada decisión puede tener consecuencias irreparables. La tragedia de este joven ha desatado una reflexión colectiva sobre nuestras responsabilidades como ciudadanos.