La tarde del sábado 22 de marzo, en la zona conocida como “El Caracol”, en el entronque de las Carreteras Federales 190 y 200, se registró un trágico accidente que dejó una víctima mortal y tres personas heridas. La carretera, un testigo silencioso de incontables historias, volvió a ser escenario de una tragedia que, esta vez, cobró la vida de un hombre.
Ángel Harold V. V., un ingeniero de 51 años originario del barrio Las Flores en San Pedro Tapanatepec, no imaginaba que ese sería su último viaje. La víctima viajaba a bordo de una camioneta Ford que, tras el impacto, quedó volcada junto a otro vehículo severamente dañado. El fuerte choque, que resultó en la caída de los vehículos desde un puente, resonó en la tarde y alertó rápidamente a los servicios de emergencia.
“UN GOLPE SECO QUE RESONÓ EN LA TARDE”

La gravedad del accidente quedó de manifiesto cuando paramédicos confirmaron la muerte de Ángel Harold. Mientras tanto, tres personas heridas eran trasladadas a un hospital cercano. La Guardia Nacional división Caminos llegó rápidamente al lugar y comenzó con las primeras investigaciones del caso.
Con el paso de los minutos, las luces de las patrullas comenzaron a parpadear sobre el asfalto caliente, reflejando la fragilidad de la vida en cada destello. Los elementos ministeriales realizaron el levantamiento del cuerpo de Villalobos y abrieron una carpeta de investigación por homicidio por tránsito de vehículo. Las unidades siniestradas fueron retiradas por una grúa, pero las huellas dejadas en la carretera y el dolor en los corazones de sus seres queridos perdurarán mucho más allá de este trágico evento.
“MI HERMANITO DEL ALMA TE FUISTE TAN PRONTO”
La noticia de su muerte ha generado una avalancha de mensajes de condolencias en las redes sociales. Amigos, familiares y compañeros expresaron su dolor y pesar por la irreparable pérdida. En sus palabras, resalta la tristeza por la partida inesperada de alguien que siempre fue querido por quienes lo rodeaban.
“Mi hermanito del alma te fuiste tan pronto. Ya no pude verte ni darte un abrazo, me duele tu partida”, escribió uno de sus allegados en las redes sociales. “Mi más sincero pésame a la familia, y lamento mucho tu partida, amigo mío. Te tengo en mi corazón y siempre recordaré con alegría nuestras vivencias universitarias. DEP.”
“SIEMPRE TE RECORDARÉ, HERMANO”
La comunidad universitaria también se ha visto impactada por esta noticia. “Mi más sentido pésame a toda su familia, que descanses en paz amigo de vivencias de la universidad”, compartió un compañero de la época universitaria.
Por otro lado, una empresa de la localidad envió sus condolencias:
“Mi más sentido pésame para su familia. QEPD el amigo Ángel Villalobos. Dios lo tenga en su santa gloria”, señalaron desde la Veterinaria Espuela de Oro, sucursal Abasolo y Madero en Ciudad Isla, Veracruz.
En medio del dolor por esta pérdida, las palabras de quienes lo conocieron y amaron siguen expresando lo que parece ser una constante: la tristeza por no haber podido despedirlo.
“Descansen en paz, amigo Harold 🕊️. Mis condolencias a su familia”, escribió un ser querido.
“UN FUERTE Y SOLIDARIO ABRAZO A TODOS SUS FAMILIARES”
La tragedia resalta una vez más la peligrosa conjunción de la velocidad y el destino en las carreteras de nuestro país. Ángel Harold Villalobos, quien regresaba a su hogar después de un día común, nunca imaginó que el destino le tenía preparada esta cruel despedida.
La investigación continúa y se espera que las autoridades esclarezcan las causas exactas del accidente, pero por ahora, los recuerdos y las emociones de quienes lo conocieron serán los que mantendrán viva su memoria.
El mensaje es claro: la vida puede cambiar en un segundo, y una vez más, la carretera deja de ser solo un camino hacia el destino para convertirse en un recordatorio doloroso de lo frágil que es la existencia humana.