La noticia de la muerte de un estudiante de 13 años conmocionó a la comunidad educativa. El adolescente fue encontrado sin vida el pasado sábado, por lo que las autoridades investigan esta muerte violenta.
El joven alumno de la Escuela Secundaria Técnica 64, fue hallado colgado en un cuarto de lámina en su casa por su padre. La Policía Municipal, que atendió el llamado de emergencia, confirmó el deceso.
Las primeras investigaciones apuntan a que el adolescente estaba experimentando una profunda tristeza, lo que podría haber influido en su trágica decisión.
El viernes anterior a su muerte, el escolar se despidió de sus amigos con palabras inquietantes, al decir que no lo volverían a ver. A lo largo del día, los compañeros de escuela mencionaron que fue víctima de Bullying, lo que señala una posible relación entre su angustia y los problemas que enfrentaba en el entorno escolar.
El caso de este adolescente despertó una profunda preocupación entre padres, docentes y autoridades. En su memoria, se suspendieron labores, lo que se informó en un comunicado: “como muestra de solidaridad y a efecto de salvaguardar la salud emocional de la comunidad de este centro educativo en virtud del deceso repentino de un estudiante muy apreciado, por este medio informamos la suspensión de actividades este día”.
Este caso no es aislado. El Bullying es un problema grave y a menudo invisible en muchos entornos escolares, donde los adolescentes sufren en silencio. El acoso escolar, ya sea físico, verbal o psicológico, tiene consecuencias devastadoras para la salud emocional y mental de los jóvenes.
El menor que perdió la vida expresó en una carta que no quería la presencia de sus compañeros de escuela en su sepelio, solo la de su mejor amigo, lo que revela una profunda sensación de rechazo, dolor y aislamiento.
Se pidió respetar este deseo en un mensaje que circuló en los grupos de la escuela por parte de la orientadora educativa: “Los padres del menor no desean que ningún otro de sus compañeros acuda a su sepelio, sólo pidieron que su amigo asistiera y que ya fue informado a su tutor. Pido respeto a la petición del tutor”.
Este caso llamó a que, como padres de familia, estén atentos para identificar las señales de angustia en los jóvenes y brindar apoyo inmediato. Se advirtió que los adolescentes no siempre expresan sus emociones de manera abierta, y a veces los cambios en su comportamiento, su ánimo y su estado emocional pasan desapercibidos.