El pasado domingo 2 de marzo de 2025, se hallaron los cuerpos sin vida de nueve personas en un vehículo abandonado en la frontera entre Oaxaca y Puebla, un caso que está tomando un giro oscuro con implicaciones en el crimen organizado. La mayoría de las víctimas, originarias de Tlaxcala, llegaron a la región en las primeras semanas de febrero para realizar actividades ilícitas, como parte de un grupo vinculado al crimen organizado, según informaron las autoridades de Oaxaca.
El Fiscal General de Oaxaca, Bernardo Rodríguez Alamilla, confirmó que cinco de los cadáveres correspondían a tlaxcaltecas. Además, mencionó que, entre las víctimas, una fue hallada con vida en Puebla y otra en Huatulco, la cual se encuentra detenida por actividades ilícitas.
En su declaración, Rodríguez Alamilla explicó que, “en su mayoría, eran personas que, si teníamos antecedentes de tipo delincuencial… hay que dar un contexto de cómo se dieron estas circunstancias.”
ANTECEDENTES
El reporte de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) revela que las desapariciones comenzaron a documentarse desde finales de febrero, con la desaparición de varias personas en la zona de Huatulco. La investigación comenzó el 28 de febrero de 2025, con el caso de Angie Lizeth Pérez García y Brenda Mariel Salas Moya, quienes fueron levantadas en Huatulco. Posteriormente, se registraron más desapariciones en la región costera, lo que desató una serie de investigaciones que derivaron en el hallazgo de los cuerpos.
El Fiscal explicó que la mayoría de los desaparecidos habían llegado a Oaxaca en la segunda semana de febrero, y, según la declaración de uno de los detenidos, L. E. S. V., ellos se habían trasladado para cometer varios delitos, entre ellos robos a cuentahabientes, cajeros automáticos y centros comerciales en la región costera.
“Reconoce que acudieron a la región de la costa para cometer una serie de ilícitos… este tipo de actos los realizan en diversas regiones del estado de Tlaxcala”, señaló Rodríguez Alamilla.
Esta declaración, sumada a la coincidencia con una serie de robos en la zona de Huatulco, señala la existencia de un patrón delictivo en la región.
EL JOCHA, PERSONA CLAVE
El principal líder de esta operación criminal fue identificado como J.A.L.C., alias “El Jocha”, quien, además de proveerles hospedaje, orientaba a sus subordinados sobre las posibles víctimas y lugares a asaltar. Se confirmó que “El Jocha” fue ultimado el mismo 2 de marzo de 2025 en Barra de Copalita. En el contexto de este crimen, la línea de investigación principal apunta a un ajuste de cuentas entre grupos criminales rivales.
Rodríguez Alamilla también indicó que se están investigando las circunstancias alrededor del levantamiento de las víctimas, señalando que la Fiscalía de Oaxaca está trabajando de manera coordinada con las Fiscalías de Puebla y Tlaxcala, además de dependencias federales, para esclarecer los hechos. También se está indagando si alguna corporación municipal pudo haber tenido relación con el levantamiento de estas personas.
ANALIZAN ARMAMENTO DE LA POLICÍA
Otro aspecto clave de la investigación está relacionado con el armamento de la Policía Municipal, que está siendo analizado para determinar si existe alguna responsabilidad de parte de los elementos policiacos. Además, en la región de Bahías de Huatulco, se desarticuló un sistema de videovigilancia ilegal, con más de 40 cámaras instaladas en puntos estratégicos, lo que indica una posible operación paralela al crimen organizado.
Finalmente, este caso sigue siendo investigado por diversas autoridades, y la Fiscalía General de Oaxaca ha destacado la importancia de desmantelar las estructuras criminales que operan en la región. Mientras tanto, continúan las pesquisas en torno a los responsables de este crimen múltiple, que no solo dejó víctimas mortales, sino también un rastro de violencia y un halo de misterio.