Ayer, lunes, una serie de fuertes detonaciones alertaron a las fuerzas castrenses, provocando una rápida movilización en la zona y revelando una trágica escena: dos hombres habían sido ejecutados a balazos en la calle Mina, entre Corregidora y Reforma, en el municipio de Matías Romero, región del Istmo de Tehuantepec.
El ataque, que ocurrió en horas del día, dejó a la comunidad consternada y a las autoridades en estado de alerta. Al llegar al lugar de los hechos, los elementos de seguridad encontraron los cuerpos sin vida de los jóvenes, quienes se encontraban a bordo de una motocicleta en el momento de la agresión. Testigos del suceso relataron que los sicarios responsables del ataque lograron escapar antes de que las autoridades pudieran intervenir, lo que ha generado un ambiente de inquietud y miedo en la población.
Las víctimas aún no han sido identificadas, lo que añade un elemento de desasosiego en la comunidad. “Es preocupante que esto suceda tan cerca de nosotros. Nadie está a salvo”, comentó un vecino de la zona, quien prefirió permanecer en el anonimato por razones de seguridad. La falta de información sobre la identidad de los ejecutados ha intensificado la angustia entre los residentes, quienes se preguntan sobre la seguridad en sus calles.
A pesar de que las investigaciones están en curso, las autoridades aún no han proporcionado detalles sobre posibles móviles del crimen o la identidad de los responsables. En un esfuerzo por contener la violencia y asegurar la tranquilidad de los ciudadanos, las fuerzas de seguridad han reforzado la vigilancia en la región.
La creciente inseguridad en Matías Romero se ha convertido en un tema recurrente en los últimos meses, con incidentes de violencia que han dejado a la comunidad en estado de alerta. Este último suceso subraya la urgencia de acciones concretas para combatir la criminalidad y garantizar la seguridad de los habitantes.
Las autoridades locales han hecho un llamado a la población para que colaboren con información que pueda llevar a la captura de los responsables del ataque, mientras tanto, los ciudadanos siguen viviendo con el temor de que la violencia se vuelva una realidad cotidiana. La esperanza de que la situación mejore radica en una respuesta efectiva de las fuerzas de seguridad y un compromiso renovado hacia la protección de la comunidad.