Autoridades policiales lograron capturar a dos integrantes de una banda dedicada a robar celulares en Santa Lucía del Camino.
Su modo de operar consistía en hacerse pasar como repartidores de comida y pedían a extraños que les prestaran su teléfono celular para después darse a la fuga con el dispositivo móvil.
El área de análisis de la Policía Municipal tenía varios reportes de la forma de operar de los malhechores; los cuales, forman parte tres hombres y una mujer, que con diversas motocicletas operaban con el mismo método; en Santa Lucía del Camino ya habían realizado diversos delitos y se les seguía la pista.
El último atraco lo cometieron el día martes 8 de agosto, aproximadamente a las 14 horas, por lo que una vez que se recibió el reporte de Enrique Manuel quien denunció que dos hombres a bordo de una motocicleta Pulsar de color gris, uno de ellos con una mochila al hombro de Didi, lo interceptaron en la calle Eucaliptos esquina Amapolas en la colonia Reforma.
Le pidieron prestado su teléfono celular iPhone 14 con un valor de 20 mil pesos, para hacer una llamada. En cuando se descuidó, se dieron a la fuga con dirección Eucaliptos, detalló.
Al estar en colindancia con el municipio de Santa Lucía del Camino se montó un operativo con el Grupo de Reacción Inmediata Motorizada para su localización, localizándolo en avenida Fuerza Aérea Mexicana esquina con calle escuadrón 201 de la colonia Antiguo Aeropuerto, quienes al ver la presencia policial tomaron una actitud nerviosa.
Al solicitarle una revisión de rutina, un motociclista dijo: “ya me tienen hasta la madre siempre nos están chingando la madre” para después abalanzarse a los golpes contra los uniformados. Al revisar sus pertenencias encontraron la caja de comida vacía, y entre sus pertenencias tres teléfonos celulares de los que no pudieron explicar procedencia.
Por tal motivo, se detuvo a Miguel Ángel N. y de Diego N., además de retenerles la motocicleta marca Bajaj, tipo Pulsar 160, color negro con gris, sin placas de circulación en la que presuntamente cometían sus ilícitos.
Se les puso a disposición del Ministerio Público, donde el ofendido indicó que nunca los perdió de vista y los reconoció plenamente.
La autoridad ministerial revisaría otros casos para ver si sus rostros corresponden a la media filiación que han proporcionado otras víctimas.
