La madrugada de este jueves, un comerciante identificado como Ramiro G. L., de 56 años, fue asesinado a balazos en Ocotlán de Morelos, en la región de los Valles Centrales de Oaxaca. El crimen ocurrió sobre la Carretera Federal 175, una vía de alta circulación, lo que resalta la impunidad con la que operan los agresores.
Emboscada mortal frente a una institución educativa

De acuerdo con reportes preliminares, el ataque ocurrió a la salida de Ocotlán, frente al Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS) 150, cuando la víctima conducía una camioneta blanca con negro. Al recibir los impactos de bala, el vehículo perdió el control, tumbó un árbol y terminó estrellado contra el muro del negocio Grupo Eléctrico Mariscal, a unos metros de Materiales Ocoteca.
El comerciante falleció de manera inmediata debido a la gravedad de las heridas causadas por los disparos.
Sicarios escaparon sin ser identificados
Hasta el momento no hay personas detenidas. Se desconoce el número y la identidad de los atacantes, quienes huyeron tras perpetrar el crimen. Elementos de la Policía Estatal montaron operativos de búsqueda en la zona, pero sin resultados visibles al cierre de esta nota.
Horas después del ataque, elementos de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), incluyendo peritos y agentes de investigación, llegaron al lugar de los hechos para realizar las diligencias correspondientes. Aunque se ha confirmado la identidad de la víctima, aún no se ha hecho público el posible móvil del crimen.
Crimen sin respuestas en un municipio golpeado por la violencia
El asesinato de Ramiro G. L. se suma a una lista de homicidios que mantienen en vilo a los habitantes de Ocotlán de Morelos. A pesar de los patrullajes y operativos policiales, la violencia sigue irrumpiendo en la cotidianidad del municipio, en este caso, a plena madrugada y frente a una institución educativa.
Impunidad: el eslabón débil de la justicia
El caso pone en evidencia la facilidad con la que se cometen asesinatos incluso en zonas transitadas y cercanas a centros escolares. La impunidad sigue siendo una constante preocupante: los homicidios se ejecutan con rapidez y precisión. Mientras tanto, las autoridades llegan horas después, muchas veces para levantar el cuerpo y comenzar investigaciones que rara vez concluyen en una sentencia.
Finalmente, el asesinato de un comerciante en una vía federal y frente a un centro educativo no solo refleja la violencia persistente en Oaxaca, sino también la urgencia de replantear estrategias de seguridad que no han logrado frenar estos crímenes.