En la madrugada del 13 de octubre, la atención de Baja California fue capturada por al menos 18 narcomantas en Ensenada y Tijuana. A diferencia de las recientes proclamaciones en Sinaloa, firmadas por Los Chapitos, estas llevan la firma del Cártel de Tijuana o Cártel de los Arellano Félix (CAF).
El mensaje clave en estas mantas era claro: la prohibición del fentanilo. Una semana atrás, Sinaloa se cubrió con narcomantas similares, donde Los Chapitos prohibían específicamente el negocio del fentanilo en la región.
Las mantas en Baja California se encontraron en puntos clave como Valle de Guadalupe y el puente del CET-MAR. La Fiscalía General del Estado ha recogido estas evidencias, aunque aún no ha dado declaraciones oficiales.
Este acto del CAF en Baja California, sumado al anterior en Sinaloa, pone en el centro de la conversación el tráfico y producción del fentanilo. Es notable que en abril pasado, EEUU apuntó al Cártel de Sinaloa como principal traficante de fentanilo. Acusando a varios de sus miembros, incluidos los hijos de ‘El Chapo’.
Con Baja California y Sinaloa alineándose en la restricción del fentanilo, emerge la pregunta: ¿estamos presenciando una nueva alianza o simplemente una estrategia compartida entre los cárteles?