"Me dedicaba a secuestrar": Niña sicaria de 13 años
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“Me dedicaba a secuestrar”: Niña sicaria de 13 años

“También vi cómo descuartizaban a la víctima, ese trabajo no lo hice yo”: -Testimonio de Vania, una niña sicaria


“Me dedicaba a secuestrar”: Niña sicaria de 13 años | El Imparcial de Oaxaca

La historia de Vania es claro ejemplo del poder corruptor del crimen organizado, con un historial delictivo de robo de vehículo a los 12 años, fue reclutada por la Familia Michoacana para hacer labores de halconeo, a los 13 años se convirtió en sicaria de este grupo criminal en la zona sur del estado de México.

De acuerdo con su testimonio tomado por la organización Reinserta en un penal del Estado de México, Vania se dedicaba al secuestro y levantar a los contras para ejecutarlos, por lo cual recibía un pago de 15 mil pesos quincenales; es decir, le pagaban mil pesos por esas actividades ilícitas, dinero que invertía en ropa y drogas.

“Me dedicaba, principalmente, a secuestrar, halconear, cobrar cuotas y contar dinero, pero hubo un momento en el que mi vida dio otro vuelco, cuando maté por primera vez, de ahí supe que no había vuelta atrás. También vi cómo descuartizaban a la víctima, ese trabajo no lo hice yo, lo hizo una señora del mismo cártel que ya llevaba tiempo destazando gente. Recuerdo que me senté en una silla, viendo el cuchillo cortar brazos y piernas, yo estaba como hipnotizada, sentí curiosidad, me dieron ganas de hacerlo”.

Una curiosidad que se quitó con un ex novio, que en estado etílico y bajo el influjo de las drogas, la quiso ahorcar con un alambre, cómo pudo logró zafarse de su agresor que pago caro su osadía con su cabeza; es decir, Vania lo degolló con los pedazos de una botella de Caguama, sin antes propinarle una golpiza.

“Cómo que no me bastó su putiza y había un vidrio de caguama y se lo enterré en la arteria, de aquí del cogote. Pues se desangró y te digo que neta, estaba tan enojada, o sea… que, pues le corté toda la cabeza con el vidrio, con el vidrio le corté toda la cabeza, se la volé a chingar a su madre. Todo, todo, lo degollé pa’ pronto”. Era mucho mi coraje, pero ya me reía, pues agarré la cabeza, lo tenía de las orejas y le dije que eso le pasaba por pasarse de verga conmigo… y ya, les dije que subieran a lo de arriba, era una azotea y había una varilla, la clavé, pues ya le empecé a quitar la piel, los ojos, le rompí la mandíbula, rompí el cráneo, le saqué el cerebro y así se quedó”.

Durante el relato, su voz se torna de satisfacción, ríe a cada palabra narrada, cómo si disfrutara recordar la forma de haber golpeado y sobre todo de haber cortado la cabeza de su ex novio, quién tuvo el mal tino de haberla agredido, esa fue una de las múltiples ejecuciones que realizó.

No recuerda exactamente cuántos “levantones” y ejecuciones hizo a su corta edad, pero considera que fueron como 15, secuestros “fueron varios”, sin recordar su totalidad.

A los 15 años fue detenida en el municipio de Ecatepec, quienes la trasladaron a un penal de estatal en el Estado de México, donde le dieron una sentencia de 4 años y 8 meses por sus diversos crímenes, una pena mínima para los delitos que cometió que, de acuerdo con el Código de Procedimientos Penales, por cada ejecución tendría una condena de más de 20 años, pero por ser menor de edad, no se le aplica la ley en su totalidad.

De acuerdo con la Doctora en Derecho y especialista en Seguridad y Ciberseguridad, Samantha Gabriela López Guardiola, los menores de edad en México tienen una protección “rara” por las autoridades, porqué pueden asesinar o robar, cómo adultos y se juzgados como niños, lo que es aprovechado por el crimen organizado al saber que sus sicarios, son inimputables.