Estafadores en el Centro Histórico de Oaxaca

Mientras algunos se refugian y apoyan en  el plan de cuarentena implementado por autoridades sanitarias, estafadores  hacen de las suyas en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca y timan a incautos oaxaqueños.

Se trata de un grupo de sujetos que ayer se instalaron en la Alameda de León, para realizar una supuesta rifa de regalos, los cuales se ganan sumando puntos, para lo cual se requiere de una apuesta de efectivo.

Con más de 15 empleados dedicados a atraer a los incautos al negocio, se logran quedar con grandes cantidades de dinero, producto de la estafa a los clientes.

Se comienza con poco 50 o 100 pesos, después la cantidad de apuesta va subiendo, así como también ‘la disque’ probabilidad de ganar.

La forma de entrar a la rifa es bien fácil, indicó una de las  personas timadas, pues los estafadores te regalan un boleto de acceso a lo que parece un juego normal, en donde solo bastan unos minutos para enganchar a la gente y sean despojados de todo tu efectivo.

“No hay reglas del juego visibles, no hay autoridad que los detenga, son timadores”, dicen quienes ya cayeron en sus redes.

Juan, una persona de avanzada edad, fue uno de los afectados, indicó que  al estar instalado los juegos en pleno Centro Histórico, le dieron confianza, pues se cree que alguna autoridad debió de tener conocimiento de su llegada y permitir su funcionamiento.

Según reportes, estos  sujetos han estado operando en los estacionamientos de centros comerciales, como San Agustín de las Juntas, Santa Cruz Xoxocotlán, San Martín Mexicápam, por mencionar algunas poblaciones de valles Centrales, sin embargo, además de operan en la región de la Costa oaxaqueña, cambiando ràpidamente de lugar para que no sean atrapados al ser decubiertas sus estafas.

 Corporaciones policiacas saben de lo ocurrido, pero pareciera que estos grupos delictivos son sobreprotegidos por algunas autoridades locales, estatales y al parecer hasta federales, aseguró don Juan, quien ante la contingencia presentada por el Covid-19 no comerá como Dios manda, por el desfalco del que fue víctima.