Por muchos años la música ha sido una forma de arte poderosa que trasciende fronteras, comunidades y da voz a los oprimidos; ha servido a lo largo de los siglos como una herramienta de entretenimiento pero también como una forma de expresión política. Es decir, cada sonido a lo largo de la historia, se ha convertido en vehículo para el cambio social, la movilización y la crítica a estructuras de poder.
La historia está repleta de ejemplos, desde el rock and roll en la década de los sesentas, con Bob Dylan como ícono de resistencia y rebeldía, hasta géneros como el reggae y el hip-hop que promovió la unidad africana en la voz de Bob Marley que se volvió en un himno en diversas partes del mundo.
En la actualidad es difícil pensar que la música tiene ese poder, la mercantilización y universalización de los artistas ha generado una carencia de sentido y simbolismos tan poderosos como los anteriores, sin embargo este 2025 llegó Bad Bunny.
Y si, ya sé que puede parecer exagerada la comparación del Conejo Malo con Bob Dylan, sin embargo, el reggaetonero ha transformado su estilo en los últimos años para convertirse en esa voz que tanto buscan los sometidos del mundo. Bad Bunny, inició el 2025 con el lanzamiento de su séptimo álbum de estudio, “DeBÍ TiRAR MáS FOToS”; un disco que no solo trae perreo, salsa y balada, sino también crítica social.
En un homenaje a los ritmos musicales de Puerto Rico, denuncia los problemas sociales y políticos que afectan a la isla, sus letras, cargadas de mensaje y emoción, invitan a la reflexión y al debate social sobre temas como la corrupción, los desplazamientos forzados y la gentrificación.
“Quieren quitarme el río y también la playa, quieren al barrio mío y que abuelita se vaya”, canta Bad Bunny en su tema “Lo que le pasó a Hawái”, donde manifiesta su temor porque Puerto sea americanizado como le pasó a Hawái en 1898.
La isla se ha llenado de norteamericanos en los últimos años, gracias a los incentivos fiscales que autorizó el gobierno después del huracán María en 2017, este fenómeno conocido como gentrificación y que ciudades como Barcelona, Londres, Cdmx e incluso Oaxaca están viviendo, ha contribuido que haya más boricuas en los Estados Unidos que en la propia isla.
Benito Antonio Martínez Ocasio, encontró que la música es una poderosa forma de cultura política que trasciende el tiempo y las geografías,y en este álbum decidió expresar la resistencia que vive Puerto Rico por la libertad y la igualdad, donde la especulación inmobiliaria y el auge del turismo han transformado barrios tradicionales, desplazando a residentes locales, suena familiar ¿no?
“Ojalá que los mío’ nunca se muden”, “Aquí, nadie quiso irse, y quien se fue, sueña con volver. Si algún día me tocara, qué mucho me va a doler…”, reflexiona sobre la migración forzada y la pérdida de identidad cultural, y aunque no es la primera vez que Benito usa su fama y su música para denunciar esta problemática, pues lo hizo en 2022 con el apagón y en 2024 en “una velita”, DeBí TiRaR MáS FOToS se ha convertido en el instrumento actual de denuncia política, en un trend de tik tok y en el disco número 1 más escuchado en Spotify a nivel mundial.
Pero como casi todo es otra cosa, la denuncia sobre los problemas sociales, políticos y económicos que tiene Puerto Rico inmersos en un álbum, puede quedarse en sólo eso; un álbum de música, un álbum de reggaeton que también, cómo no, habla del sexo, de las drogas, del dinero y de la fama (es Bad Bunny, al fin y al cabo); sin embargo, que lo haga el artista en español más escuchado del mundo lo hace relevante, urgente y poderoso, pues no es el primero, pero si el único con ese impacto mundial.
