La concepción anahuaca del ser humano, el mundo y la vida
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La concepción anahuaca del ser humano, el mundo y la vida

 


En la concepción del mundo anahuaca todo es cíclico. Inicia, se desarrolla, llega a su apogeo, declina y desaparece, para reiniciar otro nuevo ciclo. Como lo hace los ciclos del día y la noche, las estaciones del año, los ciclos de la Luna, el Sol, Venus, Las Pléyades y el sistema solar en torno al centro de la galaxia. Nada es para siempre, nada es lineal, nada es estático, todo tiene movimiento, el movimiento es en ondas y en espiral.

El ser humano está sometido a los ciclos de la creación, apogeo y destrucción de las humanidades, a las cuales se les conoce como el gran ciclo de los soles o Huey kauitl Tonatiuh. Cada ciclo está compuesto de cinco soles, eras o humanidades. Cada humanidad o Sol, está sujeto a cumplir el proceso de nacimiento, desarrollo, plenitud, ocaso y destrucción.

Al agotarse el proyecto humano de cada Sol, cumpliendo con el proceso, la humanidad sufre una cuasi extinción, y el planeta sufre un cataclismo para renovarse también. Se reinicia la vida y un nuevo ciclo comienza. Hoy vivimos en el Quinto Sol, de una serie de ciclos que ha vivido la raza humana.

El ser humano es producto del sacrificio de las energías creadoras, lo refiere la Leyenda de la creación de los Cinco Soles. Nanahuatzin y Tecuciztecal, se sacrificaron en la gran fogata en Teotihuacan para crear al Quinto Sol, Quetzalcóatl recuperó del Mictlán los huesos de los seres humanos del Cuarto Sol, y con el sacrificio de su sangre les dio vida. Quetzalcóatl recuperó del Monte del Sustento el maíz, para que los nuevos seres humanos tuvieran alimento para que se nutrieran.

Esta es la razón por la cual, los seres humanos del Quinto Sol, son macehuales, es decir, “merecidos del sacrificio de las energías creadoras”. En consecuencia, el ser humano con una vida de trabajo y sacrificio, contribuirá con su energía a mantener la creación. Su misión será procurar el equilibrio y la salvaguarda de la vida en todas sus expresiones, por lo que será necesario desarrollar “un rostro propio y un corazón verdadero”, para cumplir con su responsabilidad existencial.

Para los macehuales, es fundamento de su existencia, el tener conciencia de que su Madre Querida, es el planeta que los alberga. Que todo en ella, está compuesto de vida consciente, y como todo tiene vida, todo tiene Espíritu, -por tal-, vive en el sagrado vientre de su Madre Querida y todo lo que en ese enrome vientre existe, es sagrado, y está bajo su resguardo. Y todo lo que tiene vida, está sujeto a los ciclos de nacimiento, desarrollo, plenitud, vejez y muerte, porque, nada es para siempre, nada es eterno.

Para lograr vivir en equilibrio con su Madre Querida, y todos sus sagrados hijos, el macehual tendrá que convertir su existencia en un desafío, en una batalla florida, por lograr su misión a partir del trabajo interior, por decantar y pulir su Espíritu, su sentir, su pensar, su hablar y su actuar.

Tendrá que refrenar su ego, su temperamento y sus apetitos materiales. Como las energías creadoras, tendrá que ser consciente de su misión y su responsabilidad, con la vida, los seres vivos y el mundo en el que vive. Servir será entonces, la principal motivación existencial para trascender. El bien común sobre el interés individual.

Para llevar a cabo su misión deberá enfocarse en ser humilde, compasivo y solidario. Para vivir en armonía y en equilibrio, deberá de ser austero y frugal, para lograr la autosuficiencia material de la vida. Deberá aprender a vivir con lo mínimo material indispensable, para disponer de tiempo y energía para desarrollar su misión de servicio y poder lograr la trascendencia existencial.

El ahorro de la energía, le permitirá potenciarse y acrecentar su capacidad. El enfoque de la energía, le permitirá ser eficiente y eficaz. El poder personal radica en este sabio equilibrio de ahorrar y enfocar la energía disponible en el ser humano.

Para mantener la continuidad de la vida, el macehual, deberá fundar una familia, procrear con sabiduría y esmero en la educación, para asumir la responsabilidad con las nuevas generaciones. Esta es la razón por la cual la percepción del ser humano, la vida y el mundo en el Anahuac, es de responsabilidad y servicio.

Responsabilidad con todas las expresiones de la vida, comenzando con la del propio ser humano, y al mismo tiempo, con todos los seres vivos con los que comparte el tiempo que les toca vivir sobre el vientre de su Madre Querida. Servicio permanente a la comunidad

La familia, la comunidad y la Madre Querida, son los ejes rectores de la vida en la Civilización del Anáhuac, en estos diez mil años de existencia. Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del mañana. www.toltecayotl.org