Cuando escribo esta columna, el día jueves 31 de octubre, organizo las actividades que quiero hacer este fin de semana. Y es que en estos días hay mucho que ver en Oaxaca; aún en los pueblos más remotos es celebrada la llegada de los Fieles Difuntos.
En Oaxaca de Juárez me propongo subirme al tan anunciado Citybus y verificaré su eficacia y las facilidades para las personas con discapacidad.
Así mismo, visitaré el Panteón de San Miguel, el principal de la ciudad, y trataré de pasar la noche del viernes primero de noviembre en espera de nuestros ancestros.
Además, instalaré el respectivo altar con los retratos de la familia que ya habita en la eternidad. También iré al Centro Histórico a deleitarme con las preciosas alfombras de flores.
Desde luego que visitaré un templo, quizá la Catedral o la Basílica de la Soledad, para rezar un poco por aquellos que se nos han adelantado en el camino.
Finalmente, veré aquella película de Disney que retrata el Día de Muertos, COCO, que tengo desde hace cosa de tres años y acabaré con las bebidas y ofrendas en los altares de casa; lo hare en nombre de mis bisabuelos y demás parentela.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.