La contaminación nos alcanzó
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La contaminación nos alcanzó

 


¿Son en verdad muy graves los problemas de contaminación ambiental que amenazan a la salud y la existencia misma de los seres humanos y las de los demás componentes del reino animal que poblamos el planeta tierra? ¿Qué hacer y cómo enfrentarlas?

La Red Cultural para la Fraternidad Humana ofreció durante una semana cultural, en honor de su fundador, el doctor Serge Raynaud de la Ferriere, visiones y alternativas para responder a esas cuestiones que son cada vez preocupantes, pero qué bueno que universidades e instituciones de educación superior, así como organizaciones y particulares se dan a la tarea de investigar y poner a la disposición de la sociedad medidas saludables para que las acciones de aniquilamiento humano no avancen, porque son atentados que hay que detener.

La bióloga María Esther Damián Flores, egresada del Instituto Tecnológico Agropecuario y colaboradora de los Servicios para el Desarrollo Local Integral, A.C. (SEDELI), habló del manejo integral de los desechos sólidos municipales porque la grave contaminación nos ha alcanzado. La basura es un problema mundial ante la falta de conciencia de los seres humanos y del desinterés por parte de las autoridades. En el caso de Oaxaca, el río Atoyac nos sirve de descarga de aguas negras a lo largo de su cauce y alrededor de ocho mil comunidades de la entidad carecen de relleno sanitario y han convertido sus arroyos y cañadas en tiraderos de basura.

Hay un deterioro marcado de nuestro ecosistema en nuestro país y el mundo. Hemos contaminado el agua, el aire y la tierra que es nuestro gran hogar. De ahí que es urgente involucrarnos en la cultura de reciclaje, en la separación de los desechos sólidos, pero también hay que dirigir la mirada hacia nuestro interior, como lo hizo notar la terapeuta Sylvia Élida López Cornejo, porque lo que sucede en el exterior, en nuestro entorno, se origina desde nuestro ser descuidado, al consumir productos alterados y contaminamos en consecuencia nuestro cuerpo físico.

Pero no basta con el cuidado físico del cuerpo, que es fundamental; hay atender también nuestra mente, las emociones, los sentimientos, el aspecto espiritual. Está demostrado que cuando empezamos a trabajar la energía mental empezamos a cambiar. Somos lo que pensamos. Las emociones alteradas crean enfermedades. De ahí la importancia de hacer ejercicio, tener una alimentación sana y practicar disciplinas como el yoga y la meditación.
El terapeuta Silvino Pérez Carballido dijo que solo un bajo porcentaje de agua en el planeta es potable, lo que indica la gravedad del problema de la contaminación ambiental y la generación, en consecuencia, de numerosas enfermedades como la diabetes, el cáncer y la hipertensión Entonces, hay que aprender a respetar a nuestro cuerpo y al planeta tierra, adquiriendo nuevos estilos de vida y consumiendo productos saludables, no alterados.

El ponente señaló que todos los seres humanos tenemos la obligación de generar cambios en nuestra conciencia hacia algo mejor. Actuemos en pro de una nueva conciencia a partir de nosotros mismos; cuidemos nuestra energía vital. Invitó al público a ser fuertes ante las costumbres contaminantes, de tirar la basura por dondequiera o quemarla. Lo que me daña o beneficia, repercute en los demás y en el planeta, en el universo. Los seres humanos tenemos la posibilidad de mantener el equilibrio de la naturaleza.

El presidente del Centro de Apoyo al Movimiento Popular Oaxaqueño, A.C. (CAMPO), compartió la experiencia alcanzada en el trabajo cercano con los hombres y mujeres de 35 municipios del estado de Oaxaca, donde han logrado realizar actividades en que se involucra a las familias, incluso a los niños, para que observen la labor de sus padres y conserven la sabiduría de los viejos abuelos en los cultivos tradicionales como el maíz, el frijol, la calabaza, etcétera, y a rescatar aquellos que están en la memoria popular, como el tepejilote, el chayocamote o la yuca. La gente ha avanzado en la forma de organizarse o reorganizarse para producir alimentos que consume, a través de hortalizas familiares, pues es del conocimiento de todos que Oaxaca no tiene la capacidad suficiente para hacerlo y lleva a la boca lo que le llega de otras partes, sin saber su contenido nutritivo y los riesgos que corre.

La semana cultural concluyó el viernes pasado con una charla y práctica de cómo hacer una composta para hortalizas, a cargo del ingeniero Felipe Hernández Hernández.