En plena euforia de Guelaguetza, en lo oscurito, como parte de un paquete de 5 secciones del Periódico Oficial, entre los cuales se incluyó un programa de “regularización de concesiones de transporte” previo pago de derechos, a Haydee Claudina de Gyves Mendoza , quien cobra como “secretaria” de Movilidad (Semovi) de Oaxaca, le dieron a firmar ¡628 concesiones! para taxis, mototaxis, servicio de pasajeros, uno que otra para “pasaje y carga”, “acarreo de agua” (sic).
Se despacharon con la cuchara grande, en un verdadero piñatazo de principio de sexenio, sin duda.
Apenas 165 días duró la oferta de veda a concesiones por parte del gobierno de Salomón Jara, la cual fue publicada en 30 de enero de 2023. Ese lunes, penúltimo día de enero, en una edición Extra del Periódico Oficial se difundió el acuerdo “Por el cual se determina suspender trámites para el otorgamiento de nuevas concesiones para la prestación del servicio de público de transporte en todas sus modalidades en todo el estado por un período de 24 meses”. Ese periodo de gracia terminaría entonces en enero de 2025.
Sin embargo, para 2025 ya sería un poco tarde, esa fecha está fuera los tiempos políticos y podría impacientar a aquellos con quienes la “Primavera Oaxaqueña” ha forjado compromisos. Además, se corre el riesgo de que, entre más cerca esté el fin de sexenio, mayor peligro se corra de que las concesiones sean revocadas y, como ha sido la estrategia de la 4T, que tiene un bisoño aprendiz en Oaxaca, se busca presentar el piñatazo de las concesiones como “cosa juzgada”.
El año clave es 2024, hay elecciones presidenciales; en Oaxaca hay intermedias para el congreso y, además, renovación de presidencias municipales vía partidos y Sistemas Normativos Indígenas; se requiere fortalecer a organizaciones afines, pagar favores, atraer a renuentes y una concesión es una excelente moneda de cambio o carnada para comprar o garantizar votos.
El gobierno de Murat mantuvo medianamente a raya desde 2019 a los grupos de presión que buscan incrementar su clientela y clientelismo político mediante abultar el padrón de taxistas, mototaxistas militantes de su organización.
La veda muratista inició el 28 de febrero de 2019 con una publicación oficial; fue refrendada el 1 de marzo de 2021. Y medianamente se mantuvo firme.
En enero la ¿nueva? Semovi argumentó que, dado el período de transición de una administración que termina (la de Murat) y la que inicia (Salomón Jara) se realizaría una amplia revisión de expedientes, permisos , concesiones. Se adelantó que se reformará la Ley de Movilidad y su reglamento …”y con ello los procedimientos administrativos como el perfectible proceso de otorgamiento de títulos de concesiones, así como los elementos que lo componen”, rápido, muy rápido se olvidaron esas premisas y, como en los pasados sexenios, se procedió a “liberar” concesiones a diestra, pero sobre todo a siniestra, para inundar de taxis, más aun de mototaxis el panorama del transporte público de Oaxaca.
¿Quién está detrás de este “operativo”? Pedro Silva Salazar, ahora subsecretario de Regulación y Control del Transporte. En la administración de Gabino Cué, Silva Salazar estuvo frente de la Coordinación del Transporte (Cotran), que después se bautizó como Secretaría de Vialidad y Transporte (Sevitra) y regresa como poder detrás del trono de una impreparada Claudina de Gyves Mendoza a quien el mixteco fácilmente le come el mandado.
Por su paso en Cotran, Silva Salazar fue acusado de haber otorgado 8 mil concesiones irregulares. En su tierra, Huajuapan de León, de donde fue presidente municipal, cargo que heredó años más tarde a su esposa, Juanita Cruz Cruz, fue el principal impulsor del taxismo pirata amparado con la creación de “organizaciones sociales”.
En diversas ciudades mixtecas hay una saturación de sitios de taxis, de mototaxis y una letanía de abusos contra el usuario que, por desgracia, parece que se agravará al fortalecerse el caciquismo de Silva Salazar y Cruz Cruz en la zona.
A los habitantes de San Lorenzo Cacaotepec, conurbado a la capital, hay que advertirles que esta columna contó al menos 16 concesiones de mototaxis. Más de este peligroso “medio de transporte” lo hay en Zaachila, la colonia Jardín, San Antonino Castillo Velasco, las agencias municipales de Santa Rosa Panzacola, Pueblo nuevo, Dolores, San Juan Chapultepec. Al menos seis para Ejutla de Crespo, los tentáculos se extienden para Ocotlán, Pueblo Nuevo, Zimatlán, San Antonio de la Cal y decenas de comunidades de las 8 regiones.
En Asunción Nochixtlán personajes como Chucho Falp y agrupaciones afines se frotan las manos pues lograron mototaxis y taxis. En ese municipio mixteco en 2018 hubo una verdadera trifulca, con violencia y quema de unidades para impedir la entrada de nototaxis. Los taxis concesionados y la ciudadanía fracasaron y se impusieron los mototaxistas. En Huautla al menos otros 12 taxis abultarán el conflictivo servicio.
En el oriente del estado, el Istmo de Tehuantepec, leemos concesiones en Chahuites, Santo Domingo Tehuantepec, Juchitán de Zaragoza, Unión Hidalgo, Ciudad Ixtepec y se fortalecerán organizaciones como Frente Unido de Comunidades Oaxaqueñas, ligado al secretario de Administración del gobierno estatal.
Sin duda ha regresado el corporativismo, la compra o pago de favores, los compromisos políticos devenidos en jugosos negocios. Con este primer “paquete”, pues no dudamos que habrá más, la Semovi del gobierno de Salomón Jara va en sentido contrario a meter en cintura, generar orden, brindar certeza jurídica y garantizar un mejor servicio a la ciudadanía.
En el transporte, nos pesa decirlo, la situación empeorará y la Primavera Oaxaqueña va a toda velocidad…en sentido contrario.
ELEVADORES EN EL IMSS
Que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) garantiza el buen funcionamiento de tres elevadores en los hospitales generales de las zonas 01 y 03 y descarta peligro para la población pues “se da un constante mantenimiento y vigilancia”.
Pues si los atienden y vigilan como la salud de los oaxaqueños para prevenir, contener y atender al dengue pues a buen árbol nos arrimamos. La muestra de la confianza que genera el Seguro es que los derechohabientes, si está en su mano, prefiere clínicas privadas que caer en las garras del Seguro Social.
