El costo de mantener un aparato innecesario para Inglaterra, con una familia real y seis castillos y palacios, es altísimo. Sin embargo, la nobleza representa el recuerdo de un gran imperio, y un dominio que se extendió por todo el planeta y que se hizo mediante la invasión, ocupación, esclavitud y explotación de pueblos, culturas y recursos naturales de manera injusta y abusiva.
Inglaterra representa, además, la cuna del capitalismo, el colonialismo, el esclavismo, el poder comercial y marítimo, la revolución industrial y la piratería, en síntesis, el mundo moderno, además de la madre de la potencia que ha liderado el capitalismo mundialmente, Estados Unidos. Si bien, el mundo moderno se inicia en Venecia con sus banqueros y con la alta jerarquía del Vaticano, cuando los judíos sefarditas son expulsados de España por los reyes católicos, los judíos, quienes operaban desde Sevilla y Córdoba el mundo comercial de la Edad Media, se fueron a refugiar a otro puerto comercial. Ámsterdam fue la continuación de ese poder comercial, pero de ahí paso a otro puerto. Londres fue el lugar que generó la riqueza producto de la expoliación del mundo invadido por los europeos. Hasta la fecha, pocas personas conocen las “leyes mundiales que rigen al capitalismo”, pero dentro de ellas podemos mencionar a “La City”, que está dentro de una milla cuadrada en el centro de Londres, que es, como el Vaticano, un poder independiente dentro de un Estado, y La Ley del Almirantazgo, que transforma a los seres humanos en objetos mercantiles, haciéndoles perder su condición de seres libres. La City es el centro financiero, no solo de Inglaterra, sino de gran parte del mundo. El poder de los “adoradores del Becerro de Oro”, posteriormente abrieron otro puerto comercial, que hoy es el rector del dinero. Nuevo Ámsterdam, fue el nombre original que tuvo Nueva York, que actualmente es el centro financiero del capitalismo global.
Existe la teoría de que el poder económico mundial, es el mismo desde los fenicios, que después pasaron a Roma y de ahí a Venecia, Ámsterdam, Londres y Nueva York, que es una serpiente que cambia de lugar y de piel, según las circunstancias que le acomodan.
La corona inglesa es más que un símbolo para Inglaterra, es un símbolo de poder económico y comercial, de esta manera, la reina Isabel II, durante setenta años representó los intereses más nefastos del poder económico en contra de muchos pueblos y culturas del mundo. Una visión racista y clasista con la que se ha construido el nuevo orden mundial que expolia inhumanamente a los seres vivos del planeta, no solo a los seres humanos.
No debemos olvidar que la corona inglesa comerció esclavos de donde sacó grandes riquezas. Con cifras conservadoras se habla de más de tres millones de esclavos secuestrados de África. Otra de sus fuentes de ingresos fue la instauración oficial de la piratería. En efecto, la corona inglesa extendía “Cartas de Patente” a los empresarios que patrocinaban con sus propios recursos, potentes naves para surcar los mares del planeta y robar a las naves de otros reinos, de estos robos, la corona recibía un buen porcentaje sin invertir una libra, y además, no tenía ninguna responsabilidad con los reinos y empresas afectadas por sus piratas, porque eran “iniciativa privada”, no de la corona inglesa.
Para México, la corona inglesa tuvo durante el siglo XIX y el inicio del XX, una permanente campaña en contra de los gobiernos conservadores y liberales, para apoderarse de la Península de Yucatán, alentando y financiando a los pueblos mayas en contra de las autoridades, como lo lograron hacer en Guatemala, arrebatándoles los territorios que hoy conforman el país de Belice y que, hasta la fecha, el Estado guatemalteco no reconoce la soberanía de Belice.
Con Porfirio Díaz los ingleses tuvieron la puerta abierta para explotar al pueblo y sus riquezas naturales, especialmente la minería, los ferrocarriles y la industria textil, además del comercio con Europa.
Pero volviendo a la reina Isabel, una cosa es lo que ella representó para Inglaterra y el poder económico, y otra cosa muy diferente, lo que representó para Isabel, ser la reina de Inglaterra durante 70 años. En efecto, fueron siete décadas de soledad, estricta etiqueta y tradiciones, que le impidieron vivir una vida normal, ya que desde el principio el príncipe consorte, Felipe de Edimburgo la abandonó. La vida de la nobleza inglesa y la familia real, se ha significado por lo mismo, en la frustración y el enfrentamiento contra una esclavitud, que casi todos han rechazado, especialmente los hijos y los nietos de la reina. La sombra que se cierne sobre Isabel, son las historias de palacio sobre la muerte “accidental” de la princesa Diana.
Educayotl AC. “educar para el futuro con la sabiduría del pasado”. www.toltecayotl.org
