El pasado viernes 11, Karim, un menor de cuatro años, fue asesinado a golpes en su hogar ubicado en la colonia del Maestro, presuntamente a manos de su padrastro, Juan Carlos, alias “La Pulga”, un tipo que conducía un mototaxi, adicto al consumo de drogas y con claros antecedentes de violencia familiar en su primera relación.
El artero asesinato de la criatura pudo haber sido evitado, tomando en consideración que existe una denuncia en la Fiscalía General del Estado en contra de “La Pulga”, por desaparición de persona, (su primera esposa), según datos revelados a EL IMPARCIAL de manera anónima.
Este caso que ha llamado la atención de la opinión pública, pone sobre la mesa de la discusión la necesidad de endurecer las leyes contra este tipo de delitos, pero, sobre todo, la urgente necesidad de prevenirlos, poniendo a trabajar, a tantos organismos que se han fundado “para proteger a la familia”, y que al final, están convertidos en entes burocráticos, que no sirven para nada, pero sí se chupan el presupuesto.
¿Cómo es posible que Juan Carlos se paseara impunemente, tomando en consideración que tenía una denuncia en su contra y más por la desaparición de su primera mujer, Lorena N., con quien procreó siete hijos a los cuales abandonó para hacer vida marital con la madre de Karim, el pequeño a quien luego mató a golpes? ¿No se le dio seguimiento a este caso? ¿En dónde estaban el DIF-Estatal, DIF-Municipal o la Procuraduría del Menor, la Mujer y la Familia?
Con las reservas del caso, damos cuenta que la tarde del asesinato de Karim unas personas llamaron a la redacción de EL IMPARCIAL, ofreciendo datos reveladores sobre el pasado de Juan Carlos, alias “La Pulga”.
Lamentable es que esta información llegara demasiado tarde, cuando ya había ocurrido el brutal asesinato del pequeño, pero estos datos de ser fidedignos contribuirán a que este criminal pase más años en prisión, tomando en consideración que las denunciantes ocurran a la Fiscalía para dar a conocer este testimonio, como se les sugirió.
Vea usted el pasado tenebroso de este tipo. De acuerdo con las informantes, La Pulga ejercía violencia contra quien fuera su primera pareja, una joven llamada Blanca Lorena J.P., con quien procreó siete hijos, uno de los cuales murió de asfixia. ¿Asfixia? ¿Cómo? ¿No correría la misma suerte que Karim? ¿Se le investigó por este caso?
El domicilio conyugal de La Pulga con Lorena lo habían establecido en la colonia 10 de Abril y los vecinos relatan que fue un verdadero infierno. La madre y los niños eran agredidos continuamente por este individuo quien consumía drogas y lo ponían altamente agresivo.
“Los niños estaban encerrados permanentemente en un cuarto de la vivienda, no iban a la escuela; no estaban ni asentados ante el Registro Civil, los pequeños estaban sucios, en pésimas condiciones, con una mamá constantemente aterrada, enferma, por las golpizas que recibía”, señalan las denunciantes.
¿Y qué pasó con Lorena? Cuentan que durante la pandemia, en agosto de 2021, cuando todo mundo se encerró, Lorena desapareció y no se supo más de ella. Fue entonces cuando su familia se alarmó y acudió a la Fiscalía a denunciar su desaparición. ¿Qué paso? Nada, porque de haber ocurrido algo, investigado, Karim no hubiera sido asesinado.
Se sabe que los menores quedaron en manos del DIF-Estatal. La bisabuela materna, después de exigir la custodia de sus bisnietos, logró que cinco de ellos quedaran bajo su protección. Mientras que, uno de ellos, la menor, se quedó con la familia del padre.
Por otra parte, la ficha de búsqueda de Blanca Lorena emitida por la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas y No Localizadas (DNOL) sigue activa.
Lo cierto es que el caso de Karim se suma a la negra estadística que da cuenta que en una década, 24 menores de edad han fallecido en el estado de Oaxaca como consecuencia de agresiones. Esto, de acuerdo con los últimos registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En el periodo 2011-2021, el año con más casos reportados de defunciones infantiles por agresiones en Oaxaca fue 2013 con un total de siete, seguido por 2017 con cuatro y 2012 con tres.
Con dos casos cada uno se notificaron decesos en 2011, 2014, 2015 y 2018, mientras que en 2019 y 2020 se reportó un caso cada uno. En 2016 y 2021 no hubo registros de decesos por agresiones en infantes.
Por entidad, el Estado de México encabeza la lista por el mayor número de decesos infantiles por agresiones con un total de 201. Le sigue Ciudad de México con 41; Chihuahua con 38; Baja California y Jalisco con 34 cada uno; y San Luis Potosí y Guanajuato con 32, respectivamente. Oaxaca ocupa el octavo lugar en mortalidad.
Durante la pandemia por Covid-19, diferentes instituciones y organismos como el Sistema DIF Oaxaca o el Sistema local de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), aseguraron que la violencia contra los menores de edad aumentó de manera considerable, sobre todo con el confinamiento.
Es lamentable que niñas y niños sigan siendo violentados y que el hogar resulte ser el espacio más inseguro para ellos desde temprana edad, tal y como lo constatan las estadísticas de diversas organizaciones no gubernamentales.
La violencia familiar, donde las principales víctimas son las mujeres, niñas y niños, ocupa el primer lugar en el número de carpetas de investigación de la Fiscalía General de Oaxaca, como lo señaló en su momento el titular de este organismo, Bernardo Rodríguez Alamilla.
De acuerdo con el Sistema DIF o la Procuraduría en defensa de niñas, niños y adolescentes: apenas uno de cada 10 casos de maltrato infantil es denunciado y el resto no lo hace por miedo a los agresores o desconfianza en las autoridades.
La Pulga fue presentada este lunes ante el juez, acusado de los delitos de homicidio calificado, con ventaja y violencia familiar, pero debe ser investigado de los otros señalamientos que pesan en su contra. No debe haber impunidad en contra de este sujeto.
