Luego de darse a conocer la cantidad millonaria que se embolsarán los partidos políticos en este año, sin ser año electoral, la ciudadanía y la opinión pública han reaccionado con indignación y con sobrada razón. Las prerrogativas que otorgará el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO), en 2020, tienen como principal beneficiario al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), con más de 59 millones de pesos, cuando sus diputados y promotores son los principales jilgueros que difunden por doquier falsas medidas de austeridad. Desde la LXIV Legislatura, como ya lo hemos comentado, la bancada mayoritaria, que proviene del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, abdicando del discurso soterrado del presidente, se ha hecho un traje a la medida con la aprobación del Presupuesto de Egresos para 2020.
En este mismo espacio hemos ya mencionado que siete diputados (as) de MORENA, presentaron desde noviembre de 2018, una iniciativa para hacer un ahorro significativo en el Congreso, encaminada a hacer realidad la política de austeridad republicana. En dicho documento que se mantuvo sólo como iniciativa, se imponían cotos a gastos como viajes, remodelación de oficinas, pagos de seguros médicos mayores, canonjías y prebendas como gastos publicitarios, en transporte, en telefonía celular, etc. Se arremetía en contra de los excesos del pasado. La propuesta, obviamente, nunca pasó de ser sólo una buena intención. Los promotores se dieron cuenta que era como hacerse el harakiri y cayeron en el juego del resto: pervivir de un jugoso presupuesto, con ampliaciones a placer, que hicieron de éste, uno de los poderes legislativos más onerosos, aunque más improductivos del país.
Y en el tema de las prerrogativas volvieron a hacer las mismas. Mandaron al congelador la iniciativa de uno de sus correligionarios, el diputado Fredie Delfín Avendaño, que propuso modificar la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Oaxaca (LIPEEO), y reducir las prerrogativas asignadas a los partidos políticos. Ello evidencia el doble discurso, la doble moral y la incongruencia de aquellos que, siguen insistiendo en el ardid de “no robar, no mentir, no traicionar”. A todo lo anterior hay que mencionar el crecimiento inexplicable del presupuesto asignado al pago de prerrogativas, cuando ni siquiera es año electoral, que pone más en evidencia un sistema de partidos desgastados y vividores.
UABJO: En la indigencia
Esta semana, la protesta de algunos sindicatos de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), como el STEUABJO, STAUO, SECUABJO y SUMA, continuó, a través de los clásicos mecanismos de chantaje y presión: cierre de calles y cruceros, con lo cual exigieron el pago completo de sus emolumentos quincenales. Desde la semana anterior, las autoridades universitarias les informaron que no había dinero para el pago de la quincena, en virtud de que, si bien el gobierno estatal depositó lo que le corresponde, más del 80% de recursos para el pago de la nómina proviene del subsidio que ministra la Secretaría de Educación Pública (SEP). Esta situación puso en evidencia la vulnerabilidad de la UABJO ante este tipo de contingencias, pues como lo informó hace días el rector, Eduardo Bautista Martínez, se hicieron ahorros importantes, ello no implica que la institución tenga los recursos suficientes y necesarios para pagar laudos millonarios o hacer frente a las exigencias anuales de seis sindicatos que se chupan la mayor parte del presupuesto.
La crisis en la que entró la UABJO se dio, justamente, cuando el STEUABJO iniciaba su jornada anual de presiones, como lo hace cada mes de enero. En esta ocasión, no sólo para revisar el contrato colectivo de trabajo, sino para emplazar a la rectoría a pagar laudos laborales por millones de pesos y obtener, además, los incrementos anuales a los salarios. Como ya es clásico en este sindicato, no basta con hacer marchas y presión ante la Junta de Conciliación y Arbitraje (JLCyA), sino de secuestrar camiones y cerrar tanto el paso en el desnivel de “Cinco Señores”, Avenida Universidad y el Boulevard Eduardo Vasconcelos. Esta situación, en lugar de ganarle simpatías ante la ciudadanía, le ha generado un repudio generalizado entre los oaxaqueños, que no asimilan que se les cobre una factura que no deben más que las instancias oficiales, incluyendo la rectoría.
Ahora se juntaron al menos cinco sindicatos para hacer un frente común en contra de las autoridades que no les han depositado completo su salario quincenal, sin hacer consciencia de la situación de indigencia y descapitalización que vive la institución, cuyo presupuesto es materialmente chupado cada año, en el cumplimiento de compromisos laborales, que nada dejan para que cumpla a cabalidad con el objeto de una universidad: la formación de cuadros profesionales para el país y el estado.