Nos vemos arriba
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Nos vemos arriba

 


En febrero de 2018 despedíamos a mi adorada abuela María del Carmen Fernández Pichardo, socia de esta casa editorial. Tres años y medio después, esta semana tuvimos que despedir a mi papá, Fredy Alcántara Carrillo, a causa del COVID-19. 

Mentiría si negara que de los primeros pensamientos que se nos vinieron a la mente el miércoles pasado, a mi familia y a mí, fue el preguntar porqué a nosotros, porqué en tan poco tiempo nos ha tocado despedir a dos de las personas que más amamos.

Y es que en momentos tan difíciles como la muerte de un ser querido es inevitable cuestionar los designios de Dios. Sin embargo, o al menos así es para mí, para encontrar la paz necesaria para sobrellevar una pérdida, en un primer momento no tenemos que intentar entender la muerte, pues no lo haremos, sin0 que debemos pensar y aceptar que esos designios de Dios, de una forma u otra, forman parte de la historia que Él escribió para cada uno de nosotros. Y que tarde o temprano, tal vez, los podremos entender y abrazar, no como algo que queramos, sino como algo sobre lo cual en el plano terrenal no tenemos control alguno.

Después de dos semanas de luchar contra el covid, el pasado miércoles 11 de agosto tuvimos que decirle adiós a mi papá. Y solamente en Dios, y el amor que nuestros seres queridos, amigos y familiares nos brindaron en estos días, he podido encontrar cierta paz para vivir tan repentina partida. Ahora toca honrar su memoria, día a día, viviendo y trabajando como a él le hubiera gustado, pues solo así le podemos dar sentido no solo a su muerte, sino a todo aquello que logró y que nos enseñó en vida.

Por lo que a mí respecta me dejas un gran paquete, una gran tarea que solo con tu guía desde el cielo, la de mi Abis, el incondicional apoyo de mi mamá y hermana y con el amor y las muestras de cariño que nos han brindado tantas personas, podré sacar adelante, para que desde arriba puedas seguir estando orgulloso de mí, como me dijiste antes de partir que lo estabas hasta la fecha.

Al igual que con mi Abis, fui la última persona en verte con vida, y sin duda eso es algo que me compromete aún más a seguir siempre adelante, sin importar la adversidad. A la vida hay que darle la cara, no la espalda.

Ten por seguro papá que haré todo lo que esté en mis manos, cada día de los que me queden de vida, por cuidar de mi mamá y mi hermana, y por perdurar y acrecentar tu legado y el de mi abuelo, pues considero que es la mejor manera de honrarte.

No puedo dejar pasar esta oportunidad para agradecer a todas y todos los que nos externaron su solidaridad, que nos extendieron una mano fraterna y que nos expresaron palabras de consuelo, pues, sinceramente, en gran medida gracias a ese cariño es que hemos podido sobrellevar estos días. Una pena es más llevadera con un hombro en el cual llorar. Hoy sabemos que tenemos miles en los cuales poder recargarnos. A todas y todos ustedes mis eternas gracias.

Sé que seguramente vendrán días difíciles, tal vez algunos todavía más difíciles de los que hemos vivido esta semana, pero es precisamente en ese amor, que nos lo quedaremos para siempre y que sé que mi papá se llevó con él al cielo, que podremos y que vamos a salir adelante, juntos, en familia, como siempre hemos estado.

Espero haber sido en vida el hijo y el hombre que te hubiera gustado ver, y de haberlo sido, espero estar a la altura para seguirlo siendo ahora que estás con Dios.

Nos vemos arriba papá. Descansa siempre en paz.