El MACO como síntoma
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Pegatinas Reivindicativas

El MACO como síntoma

 


Una de las notas con mayor cobertura esta semana fue la recuperación de la administración del inmueble que albergaba el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, el MACO.

Después de varias advertencias por parte de las autoridades estatales sobre la revisión del estado financiero, físico y jurídico que guardaba en museo, la actual Administración Estatal ha determinado dar fin al contrato de comodato que se celebró en 1995 con la Asociación Amigos del MACO.

La decisión del Poder Ejecutivo Estatal, más allá de su desenlace en cuanto a la relación con la Asociación, puede constituir un parteaguas en la política cultural del estado, la que ha permanecido abandonada en el sexenio pasado.

Durante 6 años se banalizó la cultura en la política pública estatal y únicamente se apoyaron los esfuerzos que explotaban -desde el ojo foráneo- el lado “folklórico” del arte y la cultura oaxaqueña. Todo lo que no cabía ahí fue excluido del apoyo estatal y marginado a sobrevivir con el apoyo de sus propias comunidades.

Las muchas y diversas expresiones culturales y artísticas que conviven en estos territorios se mantuvieron vivas por el esfuerzo de las y los creadores en colectivo. Se crearon nuevos espacios de manifestación y exposición con el esfuerzo de muchas y muchos. Fue posible que crear nuevos vínculos para el avance de iniciativas de avanzada y se logró la multiplicación de discursos e ideas.

No obstante, las expresiones de arte y la cultura de los pueblos, si bien no morirán, no podrán alcanzarnos a todas las personas ni tener la incidencia de cambio y transformación para las cuales tienen sobrada potencia sin la intervención del Estado en cumplimiento de sus obligaciones constitucionales.

Las y los creadores sobreviven gracias a sus comunidades y talento. Pero no se debe aspirar a que la cultura sobreviva sino a que florezca.

En nota de Lizbeth Mejía para El Mejor Diario de Oaxaca, se reportó que las visitas de los museos en nuestra entidad repuntaron, pero sin superar las cifras prepandemia. Es lamentable que un Estado, con la tradición gráfica como la de Oaxaca aún se encuentra en pañales en su infraestructura cultural y sin políticas para la creación de públicos. Y ni qué decir de la danza, el teatro, la arquitectura y demás expresiones culturales que carecen siquiera de un peso de asignaciones presupuestarias para su fomento y crecimiento.

Y sí, muchas veces en el ámbito cultural se presentan las tribus, las que con apoyo de los mecenas de la administración en turno secuestran los apoyos gubernamentales para unos cuantos. Basta leer la columna Barataria de esta semana en El Imparcial (imparcialoaxaca.mx) para entender cómo fácilmente este sector se ha encontrado a merced de unos cuantos durante ya varios años.

Ojalá y esta intervención estatal signifique una vuelta en u para las políticas públicas en materia de arte y cultura en Oaxaca. No solo para romper con prácticas del pasado, sino para verdaderamente reconstruir un sector que había sido completamente olvidado por la administración estatal que salió de Palacio en 2022.

El MACO sea un síntoma de cambio y transformación de la política cultural y no solo una mera decisión administrativa.

@GalateaSwanson