303 ambulantes: Centro Histórico en disputa
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Pegatinas Reivindicativas

303 ambulantes: Centro Histórico en disputa

 


Esta semana el Cabildo del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez aprobó un punto de acuerdo mediante el cual se otorgaron 303 permisos para realizar actividades de comercio en vía pública, es decir 303 permisos para la instalación de puestos ambulantes en el Centro Histórico. ¿Cuándo? En plena temporada de Guelaguetza, el más importante periodo turístico del Estado, seguido de Día de Muertos.

La propuesta fue altamente criticada por un sector, el del comercio formal, y exigida por cientos de personas que demandaban el espacio en una época de gran importancia económica.

El Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca se ha tornado en un espacio de alta relevancia no solo económica sino también simbólica en el Estado, en la que converge la protesta social, la deficiencia en los servicios públicos, algunos espacios de vivienda con los espacios en boga de las revistas de arquitectura, moda y sociales.

Toda esa mezcla ha generado que los escasos kilómetros cuadrados que abarca el corazón del Centro Histórico y sus alrededores ahora es un espacio en disputa.

El boom turístico que ha gozado y sufrido el Estado ha tenido sendas repercusiones en cada uno de los espacios en que ha encontrado auge.

Los espacios de vivienda se han transformado en comercios y las familias que habitaban en las periferias del primer cuadro de la ciudad han sido desplazadas para que ahora sus antiguos hogares se tornen airbnb, lo que encarece el costo de la vida para la clase trabajadora en uno de los Estados que se mantiene en al fondo de la escala salarial a nivel nacional.

Rentar para vivienda en el Centro y alrededores es ahora un lujo casi exclusivo de extranjeras y extranjeros, y los comercios también están prácticamente ocupados por capital foráneo.

Si bien no hay que satanizar la inversión y los capitales que vienen de fuera el desarrollo económico que ha traído el turismo, también hay que reconocer que los beneficios del boom turístico han sido por mucho desiguales.

Esto ha dado también el pretexto perfecto a las organizaciones para que la vía pública también se encuentre en disputa.

El ambulantaje es parte de nuestra idiosincrasia. Tiene un anclaje cultural vasto y conforma una de las expresiones sociales de las prácticas comunitarias de estos territorios. Abolir el ambulantaje constituye un planteamiento colonizante y desconocedor de los elementos que construyen las identidades mesoamericanas.

Dicho esto, estas prácticas también han sido cooptadas por ciertos gremiales que ahora parecen ser las cadeneras para acceder a un permiso para el comercio en vía pública. Haciendo patente que es imposible pagar un espacio en el sector privado para la venta de productos en el Centro Histórico, las organizaciones han demandado que también se les dé oportunidad de beneficiarse de la dinámica económica que se existen en este pequeño espacio geográfico.

Pero este hecho también ha excluido a las artesanas y artesanos de a pie, a la gente que elabora sus productos a micro-escala y de manera autogestiva, y a las cocineras tradicionales, que generalmente son perseguidos por las y los inspectores municipales a menos que les cobije una organización, muchas de ellas, extorsionadoras.

Con la autorización de los 303 permisos se dio una vez más espacios a las organizaciones y no a las personas. En tanto, las personas de a pie siguen descobijadas de ser verdaderamente incluidas en los beneficios económicos del turismo en el Centro de la Ciudad.

@GalateaSwanson