Estiaje permanente
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Pegatinas Reivindicativas

Estiaje permanente

 


A tan sólo seis semanas del Primer Lunes de Cerro, los Valles de Oaxaca se encuentran ante una severa crisis de estiaje.

La Zona Metropolitana de Oaxaca tiene sed. La dotación de agua potable está por demás desfasada y hay que esperar hasta un mes para que llegue un poco de líquido al sistema de abastecimiento.

Y aunque lo anterior no es novedad -porque, seamos sinceras y sinceros, grandes áreas de la Ciudad de Oaxaca han subsistido sin un abastecimiento regular de agua por décadas- hoy ni siquiera el abastecimiento de pipas es una posibilidad para muchos hogares.

Tratar de conseguir una pipa de agua ahora significa integrarse a una lista de espera para que, de unos días a una semana si se tiene suerte, se pueda contar con algo de agua para poder sobrevivir.

Lo peor de todo es que todo esto era por mucho prevenible.

Desde hace años ya se vaticinaba la llegada de esta fase de desgaste para los Valles de Oaxaca. Los Valles no es una región en la que el agua sea abundante por igual y los mantos acuíferos y reservas hídricas se han ido sobreexplotando año con año sin que medie política pública que vele por esa situación.

Y a todo ello habría que agregar que las afluentes de agua que tenemos disponibles, como el Río Salado y el Río Atoyac se encuentran totalmente contaminadas y abandonadas.

Las zonas urbanas de nuestro estado se han ido expandiendo sin control y las autoridades, iniciando con las comunitarias y municipales, han sido poco eficientes para detener las inercias de expansión descontrolada de la mancha urbana.

De acuerdo a Ley, esto no debería de estar pasando. La Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano para el Estado de Oaxaca, así como las leyes federal y estatal en materia de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente tendrían que ser barrera para evitar que hubiéramos llegado a este punto. Pero, como siempre, gran parte de la Ley es letra muerta.

Existe todo un marco jurídico que, de haber sido operativo, impediría la sequía y la sed que hoy padecemos. Sin embargo, el deber ser dista mucho del ser.

Ahora no solo basta con cumplir la Ley, sino que se requiere acciones urgentes para hacer frente a la crisis que está sobre todas y todos nosotros, misma que además se agrava ante el aumento exponencial de la demanda de agua en el sector turístico y de hospitalidad.

Medidas de mitigación y corregir el rumbo en materia de cumplimiento de la normatividad relativa al Ordenamiento Urbano y Equilibrio Ecológico.

Porque si bien es una crisis hoy, de no hacer nada, será el apocalipsis para los años venideros.

@GalateaSwanson