La carretera prometida
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Pegatinas Reivindicativas

La carretera prometida

 


El pasado fin de semana el presidente Andrés Manuel López Obrador visitó nuestro estado para dar seguimiento al avance de las obras de la autopista Barranca Larga-Ventanilla. Proyecto añejo que lleva al menos unos 15 años prometiéndose su conclusión… pero de eso nada se ha materializado.

La razón principal de lo anterior es la oposición de comunidades al proyecto. Poco a poco se fue avanzando en la concertación con las diversas poblaciones que atravesaba el trazo de la carretera y cada sexenio el mismo sonsonete: este marzo se concluye… para Guelaguetza queda… antes de que acabe el año la inauguramos… Nada hasta ahora.

Pero ahora sí, parece que habrá salida. El último bastión de resistencia al avance del proyecto parece se resolverá de una forma u otra.

Los titulares de los Poderes Ejecutivos Estatal y Federal se reunieron con una representación de la comunidad de San Vicente Coatlán para buscar un acuerdo en el conflicto limítrofe que mantienen con sus vecinos de Sola de Vega. Este es el último gran obstáculo que detiene la conclusión de la vía.

En caso de no lograrse el acuerdo entre las poblaciones, se buscará una salida alternativa con un nuevo trazo de la carretera, que podría costar más y retrasar la finalización de las obras, pero seguro que será más rápido y más barato que seguir insistiendo por otro sexenio con la misma receta que demostradamente se sabe no funcionará.

Por fin la carretera parece será una realidad. Sin embargo, la carretera prometida vendrá acompañada de consecuencias a las que en 18 años las comunidades no se han preparado.

Hace un par de semanas, en el noticiario con Humberto Cruz, entrevistaron al presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles Bahías de Huatulco, Gustavo Ficachi, quien narraba los retos del destino turístico ante la llegada de una oleada de personas en la temporada vacacional decembrina 2022-2023. El empresario contaba que no llegaron al cien por ciento de ocupación hotelera por la proliferación de Airbnb y la ocupación de personas de espacios públicos para acampar, lo que genera problemas de gobernanza y salud pública.

Además de lo anterior, no debemos olvidar los descalabros que en plena temporada vacacional existieron en ese destino turístico con el suministro de energía eléctrica o la ya muy conocida problemática de distribución y acceso al agua potable que persiste en la Costa.

También, como lo dio a conocer El Mejor Diario de Oaxaca en su portada en pasado viernes, las plantas de tratamiento de aguas residuales de Puerto Escondido tienen sumamente contaminadas las playas y constituyen un peligro para la salud de las comunidades de la Costa y sus visitantes.

Y todo eso, antes de que llegue el verdadero boom del turismo una vez que se concluya la autopista.

La conclusión de la carretera prometida puede terminar más que en un sueño hecho realidad en una pesadilla si no se realizan las inversiones necesarias para proteger el ecosistema y las formas de vida de las comunidades costeñas.

Esto, sobre todo, le toca a los Municipios, sin embargo, requerirán de sendo respaldo institucional para hacer frente al tsunami de turistas que se avecina.

Han tomado más de 18 años de terminar el proyecto, pero ni aun así estamos listos para enfrentar lo que viene.

@GalateaSwanson