Antes de irse
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Pegatinas Reivindicativas

Antes de irse

 


A unos cuantos días de que la administración estatal encabezada por Alejandro Murat concluya, la comunicación del gobierno se ha perfilado desde hace semanas para promover su imagen personal como aspirante a una aún muy lejana candidatura presidencial -lo cual, cabe señalar, es ilegal-.

Como si su sexenio hubiera sido un éxito rotundo, anunció presuntos logros de su gestión en su último informe de gobierno el fin de semana pasado y fue vitoreado por sus allegados al grito de “presidente, presidente”.

El todavía gobernador decidió tener como sede de su última oportunidad para ensalzarse el ahora llamado Centro Cultural Álvaro Carrillo, lo que resulta irónico al tratarse de una obra inconclusa (como reportado por El Mejor Diario de Oaxaca: https://bit.ly/3ALs1Ue), malhecha y sin proyecto claro, tal como lo fue la segunda administración muratista de Oaxaca.

Pocos avances, aunque anunciados con bombo y platillo, fueron los que se le pueden conceder a la administración que en unos cuantos días concluye, entre ellos la reducción de los indicadores de pobreza. Una gran cosa, para un estado que parece estar anclado al top tres de las entidades federativos con peores evaluaciones en el rubro.

Sin embargo, y aunque claramente tales indicadores se gestaron durante la administración de Alejandro Murat, no se puede comprobar causalidad. Es decir, no es posible atribuir directamente que la caída del número de personas en condiciones de pobreza y pobreza extrema ha sido un resultado de una política específica de este gobierno que ya casi acaba y que existen diversos factores que pueden explicar la mejora de las condiciones de vida para la población.

A ello, habríamos de sumarle que otros supuestos logros no son realmente un esfuerzo de la administración estatal, como la aún inconclusa carretera a la Costa, la que por un par de décadas se ha encumbrado como la gran promesa del Poder Ejecutivo Estatal y hasta la fecha no se sabe cuándo será una realidad. Y si bien existen notables avances al respecto, se debe reconocer que ha sido el esfuerzo de la administración federal la que permitió tales avances.

Estos logros que no lo son, además, conviven con obras que se anunciaron como la panacea y que lejos están de ello. Como primer ejemplo, se encuentra el segundo piso de la Avenida Símbolos Patrios, que al final resultó únicamente un rencarpetamiento —ni siquiera bien terminado— de un tramo minúsculo del área que inicialmente sería mejorado y que resulta irrelevante para la movilidad de la población y que costó millones al erario de las y los oaxaqueños. Otra, por solo dar otro ejemplo, es el dichoso Centro Gastronómico, proyecto que afectó un inmueble catalogado con toda impunidad y que privatizó de facto un bien que le pertenece al pueblo de Oaxaca.

A todo ello, habría que aunarle el alza en los indicadores en materia de comisión de delitos y percepción de inseguridad, materia en la que destacan el aumento de feminicidios y homicidios. Asimismo, recordar que a pesar de las promesas de cero adeudos para la siguiente administración estos sí existen, como se puede constatar en el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2023, así como se dará a conocer por las y los proveedores que seguramente alzarán la voz no más inicie diciembre y enero.

Definitivamente, a pesar de que se quiera impulsar una campaña para limpiar y promover la imagen del gobernador saliente en aras de sus aspiraciones presidenciales, no hay manera de ocultar la realidad de nuestro estado; una realidad que se todas y todos los habitantes de este esta entidad deberemos continuar enfrentando, aunque los inquilinos de Palacio de Gobierno se vayan.

@GalateaSwanson