El espejismo de la movilidad social

Con los propósitos de año nuevo aún en pie, seguramente habremos más de una persona que se plantea mejorar sus condiciones laborales, educativas y, en general, trabajar arduamente para poder progresar en sus condiciones sociales durante este 2022.

De manera creciente hoy tenemos una serie de gurús y autoproclamados líderes que aseguran tener la fórmula para acelerar estos procesos y además adquirir influencia, dinero y posición social. Desde inversiones en criptomonedas hasta recetas para la construcción de un pequeño imperio; las redes sociales se encuentran inundadas con el ideario del emprendedor, en la que se predica que todo depende de una o uno mismo, que las oportunidades están ahí y que solo es cuestión de trabajar para ello.

Sin embargo, la evidencia demuestra todo lo contrario. En México, trascender las barreras sociales que nos han sido impuestas o heredadas es casi tarea imposible, a pesar de la creencia popular.

Un reciente estudio contrastó la percepción de la población relativa a la posibilidad de escalar en la pirámide social contra los números duros que demuestran la factibilidad de que esto verdaderamente suceda.

La investigación titulada Percepciones de Desigualdad y Movilidad Social en México (https://bit.ly/3F4WlbU; https://bit.ly/3qW0ObG) revela que las y los mexicanos somos conscientes de que existe una gran desigualdad en el país, pero que sobredimensionamos la posibilidad de que las personas podamos transitar de una posición de bajos recursos a altos recursos y viceversa.

De acuerdo a los datos recabados, existe una percepción de que alrededor del 30 por ciento de las y los mexicanos más pobres serán capaces de alcanzar al 20 por ciento más rico del país durante sus vidas; sin embargo, la cruda realidad es que solo el 3 por ciento de las personas que inicialmente se encuentran en el veinte por ciento más pobre pueden escalar hasta la cima del quintil con mayores ingresos en México (https://bit.ly/3r0IJJw).

Enfrentamos un contexto en que la movilidad social es prácticamente un animal mitológico, una leyenda que en muy pocos casos se materializa a pesar de todo el trabajo, esfuerzo y dedicación que se apliquen a ese fin (https://bit.ly/3t8qKUm).

La rigidez de la pirámide social solo puede ser explicada a partir de configuraciones sistémicas que permiten la concentración de la riqueza y recursos, lo que, por tanto, sostiene condiciones de gran desigualdad (https://bit.ly/3HORldb); entre ellas que en el país -y en el mundo- se sigue produciendo riqueza, pero esta se distribuye de tal manera que los que tienen menos, siempre tienen menos, y los que tienen más, siempre tienen más. Solo durante el 2021, los más ricos del mundo aumentaron su patrimonio en un 30 por ciento (https://bit.ly/3qYbeYj), situación que en México es muy similar (https://bit.ly/3r0I4I2).

La distribución de la riqueza  se suma a otras tantas que parecen definir desde el arranque la condición socioeconómica que regirá nuestras vidas (https://bit.ly/3n96L3V; https://bit.ly/3G70ugN).

¿Qué hacer si está fuera de nuestras manos poder mejorar nuestras condiciones de vida? ¿Si nuestros futuros están sellados, vale la pena hacer el esfuerzo? Ante los embates sistémicos que condicionan la movilidad social, toca primero sostener el esfuerzo que nos mantiene a flote a pesar de las sacudidas y las barreras predeterminadas; y, en segundo término, corresponde exigir más y mejores políticas públicas que permitan el acceso ascendente a la movilidad social entendiendo las causas que actualmente imposibilitan la misma.

Abandonemos el espejismo de que solo depende de una o uno trascender nuestras condiciones económicas y sociales. Deriva de un entramado de reglas, instituciones, pactos y creencias la existencia de posibilidades para trascender nuestra posición en la sociedad, y eso solo en conjunto podremos cambiarlo.

@GalateaSwanson

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“De manera creciente hoy tenemos una serie de gurús y autoproclamados líderes que aseguran tener la fórmula para acelerar estos procesos y además adquirir influencia, dinero y posición social. Desde inversiones en criptomonedas hasta recetas para la construcción de un pequeño imperio; las redes sociales se encuentran inundadas con el ideario del emprendedor”