A un año de la pandemia

El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud declaraba pandemia la enfermedad de COVID-19. A pesar que desde diciembre tuvimos noticia del nuevo virus causante de esta terrible enfermedad, las alarmas se prendieron de este lado del mundo cuando los registros de contagios alcanzaban Europa de manera descontrolada.

En México, fue el 27 de febrero de 2020 cuando se registró oficialmente el primer caso. En Oaxaca, fue en la ciudad capital el 13 de marzo cuando se presentaban los dos primeros casos.

Desde entonces, el virus no ha parado de propagarse y mutar, transformando nuestras dinámicas sociales desde la raíz con impactos diferenciados, develando y profundizando la indignante desigualdad que impera en el mundo y plantándonos en cara que la humanidad no tiene bajo control su propio destino.

Durante el trayecto hemos perdido a familiares y amigos, enfrentado la enfermedad en solitario y buscando mantener el ingreso ante una crisis que no es solo sanitaria, sino también económica, del sistema de cuidados y laboral.

No obstante, la humanidad logró en tiempo récord generar vacunas para contener al SARS-CoV-2, que ahora son acaparadas por los países con mayor concentración de riqueza (https://bit.ly/2PWdaSh).

El proceso de vacunación ha iniciado y parece ser la puerta de salida de la tragedia que ha significado la pandemia, pero al ritmo de inoculación actual, la población mundial tardará entre cuatro y siete años en lograr ser vacunada, lo que presenta una interrogante sobre la efectividad y eficiencia que tendrán estas medidas ante las variantes del virus que se continúan gestando y dispersando (https://bit.ly/3vlDWDW).

Es así que alcanzamos ya doce meses del inicio de la pandemia, con esperanza de ya contar con una ruta de escape que se ve ensombrecida por aun un amplio manto de incertidumbre. Lo único cierto es que la pandemia no ha terminado, que las medidas de sana distancia, uso de cubrecocas y lavado de manos siguen vigentes y que la resistencia individual ante la ausencia del Estado de bienestar debe permanecer.

@GalateaSwanson