Si no es la ASF, ¿quién?
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Pegatinas Reivindicativas

Si no es la ASF, ¿quién?

 


La Auditoría Superior de la Federación (ASF) es la máxima instancia para garantizar que los recursos públicos federales se ejerzan con transparencia, honestidad y apego al marco jurídico, sin embargo, esta aseveración se puso entredicho cuando esta semana el presidente desde su tribuna cuestionó la precisión del informe presentado el 20 de febrero sobre la cantidad de recursos que implicó la cancelación del aeropuerto de Texcoco.

Mientras el jefe del Ejecutivo Federal ha señalado que el monto por la cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) fue de 100 mil millones de pesos, el informe de la ASF apuntaba un monto de 331 mil millones de pesos, más de doscientos por ciento que lo que señalaba el presidente (https://bit.ly/3uEZWsS).

Resulta pues que, al señalar el presidente que él “tenía otros datos”, la ASF no pudo sostener sus observaciones y reconoció errores metodológicos que invalidaban la conclusión (https://bit.ly/3dSyBhg).

La mella que este episodio generó a la credibilidad de la ASF es contundente y no solo tiene repercusiones en la institución, sino al sistema entero de rendición de cuentas. Ha sido gracias a la ASF que esquemas de corrupción como la llamada Estafa maestra (https://bit.ly/2ZUX9hd), en el que se detectaron desvíos de miles de millones de pesos.

Esa misma ASF es la que hoy se ve cuestionada -y con razón- por su desempeño más reciente y la que necesita recuperar con urgencia su legitimidad. Sin la ASF no tendremos rendición de cuentas ni datos sobre el ejercicio de los recursos públicos federales que se conforman de las aportaciones de todas y todos los mexicanos.

Para superar este suceso, la ASF tendría que transparentar sus metodologías y datos, argumentando cada una de las observaciones incluidas en su informe 2019, lo que permitirá establecer cuáles de sus conclusiones son fundadas y se sostienen. En caso contrario, podría omitirse posibles irregularidades comprobables que deben ser solventadas y que ayudarían a recuperar cierta credibilidad en las actuaciones de la institución realizadas sobre dicho Ejercicio Fiscal. Asimismo, se requiere que en caso de que se comprueben acciones que puedan configurar responsabilidades administrativas, se desahoguen los procedimientos correspondientes y se finquen aquellas que demuestren procedentes.

Finalmente, se requerirá toda una campaña para transparentar el funcionamiento de la ASF, así como la vinculación con instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales y la ciudadanía de a pie con el fin de socializar su trabajo y darle mayor difusión a la importante labor que le ha sido encomendada.

Ha sido un duro golpe a la ASF, pero si no se rescata la credibilidad de la institución auditora más relevante de nuestro país ¿entonces quién?

@GalateaSwanson