En un ambiente de indignación y dolor, padres de familia del Colegio Dolto se han manifestado para exigir justicia tras una serie de denuncias que han sacudido a la comunidad educativa. Lo que comenzó como una preocupación aislada se ha transformado en un clamor colectivo por respuestas claras, acciones concretas y transparencia total por parte de las autoridades escolares y judiciales.
Con pancartas en mano y lágrimas contenidas, los padres expresaron su frustración por lo que consideran una negligencia institucional.
“Lo que queremos es justicia, que se escuche la voz de nuestros hijos, que no se normalicen los abusos ni se silencien las denuncias”, dijo una madre afectada, quien pidió permanecer en el anonimato por seguridad. A su alrededor, otras madres y padres asentían, compartiendo un sentimiento de traición hacia una institución que, aseguran, debía garantizar un entorno seguro para sus hijos.
Además de las demandas legales, los padres también exigen una revisión profunda de las políticas internas del colegio, incluyendo la capacitación del personal en temas de derechos humanos, atención psicológica y protocolos de actuación en casos de violencia o abuso.
La situación ha generado atención mediática y presión social, por lo que organizaciones civiles ya han comenzado a brindar acompañamiento legal y emocional a las familias afectadas. La comunidad espera que la justicia prevalezca, que se escuche a las víctimas y que ninguna denuncia quede impune.
Tras los sucesos se han expuesto las irregularidades que presentaba el Colegio desde hace varios años. Por eso, otras instancias buscan dar acompañamiento a las madres y padres de familia de las niñas y niños que sufrieron quemaduras.