El escándalo es mayúsculo y como sucede con los gobernantes emanados de Morena, parece ser que quedará solamente en eso.
A la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmedo, al igual que a su esposo Carlos Torres les fue revocada la visa de Estados Unidos.
No se conocen las causas de la decisión del gobierno vecino, aunque anteriormente se procedió al congelamiento de las cuentas de ambos en Estados Unidos.
La decisión del gobierno estadounidense fue primero revocar la visa a Carlos Torres y después a su esposa.
Esta forma de proceder del gobierno estadounidense aplica cuando se mantienen recelos de algún tipo o se cuenta con la información suficiente para actuar.
Sospechas sobre el tipo de gobierno que se practica en Baja California hay muchas y una voz discordante es la del exgobernador Jaime Bonilla quien ha dado la alerta sobre el caos prevaleciente en esa entidad, debido al incumplimiento del gobierno con la delincuencia organizada.
Lo que pasa en Baja California tiene que ver con un arreglo previo entre los cárteles, el CJNG le hizo un reclamo a la gobernadora con una manta inmensa con señalamientos particulares, donde le dice que violó el acuerdo, dice Bonilla.
Dentro de este desorden que se vive en Baja California circulan profusamente diversas versiones y en una de ellas se preguntan ¿dónde está el exfiscal Iván Ricardo Carpio?
Se desconoce su paradero y los rumores se acrecientan cuando se habla de la investigación que el gobierno de Estados Unidos realiza sobre la figura de Carlos Torres, esposo de la gobernadora y de ella misma.
Versiones apuntan hacia la posibilidad de que el exfiscal de Baja California se encuentre convertido en testigo protegido del gobierno estadounidense.
Carpio renunció sorpresivamente al cargo de fiscal, solamente 19 meses después de ser nombrado y adujo cuestiones personales, pero se sabe que el rompimiento fue directo con el esposo de la gobernadora.
Torres y Carpio eran los soportes de la hoy gobernadora de Baja California, sobre los que fue construyendo su candidatura, después de una meteórica carrera política.
Si en lo local se encontraba protegida, la acogida que le dio Mario Delgado le permitió ese rápido desplazamiento donde pasó de diputada federal a alcaldesa de Mexicali y gobernadora del estado en tan solo tres años.
El recorrido de Marina del Pilar estuvo asfaltado, ya que, de perder la primera elección en lo local, consiguió el rápido ascenso de la mano del entonces panista Carlos Torres, su hoy esposo.
Carlos Torres e Iván Ricardo hicieron mancuerna cerrando la pinza alrededor de los apoyos políticos, empresariales y de todo tipo hacia la entonces candidata, la que hoy es señalada por presuntos nexos con el crimen organizado.
En Baja California han sido expuestas las reuniones o salutaciones de la gobernadora hacia algunos personajes catalogados como vínculos con la delincuencia organizada.
La violencia se mantiene presente en los tres y medio años que lleva el gobierno de Ávila Olmedo y deja abierta la interrogante sobre cómo se actuará en consecuencia.
Se conoce de la creciente fortuna acumulada por su esposo y por su cuñado de los arreglos y compromisos establecidos por el expanista y de la forma en que opera el gobierno estatal.
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Cuauhtémoc Blanco, Cuitláhuac García; Carlos Merino, Rubén Rocha, Américo Villarreal y ahora Marina del Pilar ¿cuántos siguen?