En relación a mi entrega de ayer, Raymundo Carmona afirma que el partido que dirige, el PRD, sí está en el conflicto del basurero, pero para bien.
Me externa su enfado por el hecho de que la Guelaguetza sea considerada “botín político y por la manera tan ruin en que están presionando, al pueblo y al gobierno, para el “compló” contra la gran fiesta de los oaxaqueños.
“Esto lo digo más como oaxaqueño que como dirigente de un partido”. Muestra su coraje por la manera tan malévola en que operan estos grupos de presión cuya actitud rompe con toda norma de civilidad política. “No se puede llamar gestión social a un atraco”. Llenar de basura la capital rompe todas las reglas de hacer política. “Esto raya en actitudes delincuenciales.
?Y quiénes son? pregunté. El dirigente de este partido suelta algunos datos reveladores.
Son grupos de interés del partido Morena de la mano con la Sección 22. Principalmente estas organizaciones son las que tienen a Oaxaca y al gobierno en calidad de “rehenes”. Saben que es el momento de estirar la liga hasta el límite. Viene la fiesta y esos grupos se descaran. “Tengo información de que una banda de mercenarios que manejan Gabino, Ulises y otros allegados al grupo de “los pozoleros” dentro de la Sección 22, están exigiendo 150 millones de pesos, para no secuestrar la Guelaguetza.
El perredista exedil de Pochutla, insiste en que chantajear de esta manera es insoportable. La sociedad no puede seguir inmutable. La indiferencia nos puede llevar al caos. Dicho esto, dice que su partido ha tomado la iniciativa.
Está convocando a un gran pacto por la paz y tranquilidad para la defensa del Lunes del Cerro que no es de los maestros ni del Morena ni de ningún otro partido. Es de los oaxaqueños. Anuncia que ha buscado a los sindicatos, organizaciones de la sociedad civil, Asociaciones, etc., para suscribir un gran pacto que frene la embestida de la fuerza bruta y la amenaza.
Inaudito
Este Oaxaca de lo inaudito, es de los pocos lugares donde los partidos y sus grupos clientelares, hacen política a partir de la basura. Deshechos humanos y materiales.
Así me lo dice uno de tantos lectores. Crece el cúmulo de correos que recibo de gente que, presa de la impotencia ante tanta basura, pestilencia, incendios y bloqueos en la ciudad, encuentran en la queja mediática una válvula de escape.
Ayer, por ejemplo, me saturaron de mensajes con textos en repudio al pirómano Flavio Sosa, cuya estrategia es generar terror a partir de los incendios. No bien termina su infernal labor en las colonias del tiradero de basura y ya lo ubican en San Dionisio y otras comunidades mareñas del Istmo de Tehuantepec. Su “trabajo” consiste en impedir el dragado de una laguna. Para eso quemó media docena de vehículos y maquinaria. Seguramente, aunque haya denuncias, no serán consignadas. Su protector AMLO, para eso está.
Flavio Sosa es un personaje tan discutido como temerario. Su fama inició en el desastre que padeció Oaxaca, en el 2006 al frente de las barricadas y las monumentales piras que ordenaba sobre automóviles y casas. Un mercenario azaroso. Nadie escapa a su infernal estrategia de lumbre como signo de terror. Ni siquiera la singular, por su arquitectura y decoración, residencia particular en la esquina de Cinco de Mayo y Morelos, quedó a salvo. La residencia sigue allí, ahumada, destruida, sin reparación, como testigo de la gran impunidad que impera en Oaxaca.
Lo único que ha variado en la personalidad del “Demonio de Tasmania” es la camaradería. En el 2006, el manejo de las barricadas hermanó al demonio de Tasmania con “pancho mugres”. El primero era el mandamás en las barricadas del centro, don pancho en las de la colonia Alemán. En esos parapetos juntaban al lumpen. Vendían drogas, robaban las lámparas y hasta el alambre de cobre del alumbrado público. Desmantelaban carros y todo tipo de trapacerías. Su naturaleza furtiva los unió hasta que llegó los deshechos y las inmundicias del tiradero de basura y acabó con esos lazos. Ambos, ahora, como en el viejo oeste, se han retado a muerte.
El salto del chapulín
Alguien engaña al gobernador Alejandro Murat. Les digo esto por la sospechosa insistencia de infiltrar en su gobierno a jarochos señalados como los que coadyuvaron en la formación de Javier Duarte como símbolo de la corrupción de este país.
En el medio “Estado 20”, trasciende que el tesorero del Gobierno del Estado de Oaxaca, Rafael Mansur Oviedo, es miembro de la familia veracruzana involucrada en el desvío de recursos del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, quien actualmente se encuentra preso en Guatemala.
Como prueba de su dicho, descubren que Mansur Oviedo es hijo de Rafael Mansur Sáenz, empresario hotelero investigado por la venta de una casa al exmandatario veracruzano a través de un prestanombres. Además, es primo de Antonio Mansur Beltrán, uno de los principales señalados en una red que ayudó a Javier Duarte y a su esposa Karime Macías para desviar los recursos públicos del estado de Veracruz a través de negocios inmobiliarios tanto en México como en el extranjero.
El gobierno federal ha informado que se investiga a Moisés Mansur Cysneiros, quien cuenta con orden de aprehensión por delincuencia organizada y lavado de dinero. Su contador, Javier Nava Soria fue detenido por el gobierno de España, investigado por realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada y por ser uno de los prestanombres de Javier Duarte para adquirir propiedades en España, Texas, Miami y Nueva York.
El propio exsecretario de Finanzas del Gobierno del Estado de Veracruz, José Antonio Chara Mansur Beltrán, es miembro de esta familia y familiar directo de Rafael Mansur Sáenz, padre del actuar Tesorero del Gobierno de Oaxaca.
En el Gobierno de Oaxaca empezó a trabajar el primero de diciembre de 2016 como Director Administrativo de la Secretaría de Finanzas, cargo que ocupó hasta el primero de febrero de 2017; para posteriormente subir de puesto y ser nombrado como Tesorero. Mansur Oviedo asumió el cargo actual en sustitución del hijo de Martha Alicia Escamilla, directora del Registro Civil.
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