Gobernador Jara, me parece que falta en su administración planeación económica, política agraria, urbanística y turística para la Costa. Las inversiones de desarrollos turístico, como el que se pretende en Punta Colorada de Puerto Escondido, tienen que planearse, consensarse y sustentarse. No puede ser que lleguen unos empresarios enviados por no sé quién, escogen un lugar para invertir y el gobierno del Estado, compra la idea y contra corriente pretende imponer a los lugareños un desarrollo en Punta Colorada. Debe ser al revés, al gobierno del Estado le corresponde planear, consensar, resolver y preparar los espacios de inversión, estar preparados para cuando llegan los inversionistas y decirles, tenemos estos espacios seguros de inversión, cuenta con todos los servicios.
Punta Colorada no es tierra agraria, tiene escrituras privadas otorgadas por el gobierno del Estado de acuerdo con el decreto expropiatorio y las tierras fueron donadas al gobierno del Estado y el mismo gobierno las escrituró. Fonatur, nunca intervino en ese desarrollo, no estaría así de mal planeado. Solamente compró a un particular el paraje de Bacocho y lo desarrolló para vivienda para regular el precio de la tierra y no se disparara.
Bien, señor, para eso están sus flamantes secretarios que tienen que realizar los estudios de desarrollo económico, que tratándose de los polos desarrollos ya abiertos y otros con fuerte vocación, tener un comité de proyectos turísticos muy consolidado con integrantes del ámbito económico, turístico, legal, social, urbano y político (no grillo).
Cuando decimos político es porque debe tener experiencia municipal y comunitaria, que son las unidades sociopolíticas y jurídicas que dominan en nuestro Estado. Porque aun cuando, el municipio es una unidad política, está integrada en la mayoría de los casos por comunidades indígenas que son autónomas y tienen sus sistemas normativos internos. Todo eso es básico de reconocer en los proyectos. Porque por cuestiones de desconocimiento del pensamiento cultural de la zona, las cosas se atoran. De forma muy respetuosa, vuelvo a insistir, porque en otros artículos publicados en este mismo espacio, sobre la Costa de Oaxaca, ya lo he expresado. Preparen un plan integral para la Costa de Oaxaca, que no se concluye con proyectos de zonas hoteleras y comerciales, se debe planear, cómo se integra a los pobladores con un potencial número de turistas, se trata de proyectar también, los espacios agrícolas, ganaderas, frutícolas, de abasto, vivienda, escolares, hospitales, deportivos y esparcimiento.
Lo que está sucediendo en Huatulco, a ciencia y paciencia del municipio y del gobierno del Estado, por temor de contradecir al presidente del país que, en su imaginario, decidió cancelar el proyecto de Huatulco. Al decretar áreas naturales protegidas, ya urbanas de acuerdo con el Plan Municipal de Desarrollo para que las personas oriundas de los pueblos de la Costa accedan a las playas.
Él no sabe, nadie le explica, que le baje a su verbo populista y que acuda el primero de enero de cada año, y los domingos de cada semana del año y vea cómo todas las playas se inundan con las personas locales y visitantes, disfrutan sus playas, todas tienen acceso y son del dominio público.
Por cuestiones de la naturaleza hay tres de las muchas más playas que hay en Huatulco, encerradas por las rocas y estas fueron concesionadas a grandes hoteles y sus clientes tienen esa exclusividad, pero nada impide que lleguen por lancha las personas y se pongan a nadar, no lo hacen por valores entendidos, por respeto.
Son espacios caros que atraen divisas y esas divisas de moneda extranjera van directo a compensar la balanza económica. Nuestros paisanos no saben de la balanza comercial, pero entienden que ese tipo de turismo realiza una derrama económica y se retroalimenta, les produce ingresos a ellos (a los locales). La gente respeta al turismo internacional, les gustan sus dólares, no van a matar la gallina de los huevos de oro, solo el presidente le imbuye rencor de forma absurda.
Yo le quiero decir al presidente que los hijos de lancheros que hace cuarenta años, andaban descalzos y después, en bicicleta, cambiaron después a motocicletas y ahora traen sus camionetones. No sé si recogen camarones, langosta, u otras cosas que caen al mar. Pero eso se puede visualizar, es inocultable. Los polos de desarrollo eso son, detonadores económicos, pero hay que planearlos, estudiarlos, y sobre todo integrar a los locales. El presidente canceló en Huatulco, una gran superficie ya con servicios, con accesos a vías rápidas, listos para hacer vivienda social.
No hay trabajadores suficientes para los hoteles, restaurantes y otros servicios, porque no tienen donde dormir. Canceló justo la superficie reservada para servicios como vivienda social, hospitales, escuelas, espacios deportivos. Lo grave es que no hay una persona con poder, que sea leal a su pueblo, que piense en su gente, que quiera el progreso de su pueblo, solo quieren quedar bien para permanecer en su coto de poder. No se vale, gobernador, no se vale. Saque la casta por Oaxaca.