El comandante Cienfuegos y otros fuegos de artificio
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El comandante Cienfuegos y otros fuegos de artificio

 


En 1952 fue filmada y exhibida triunfalmente la película “El bombero atómico”, de Posa Films, estelarizada, por su artista exclusivo, Mario Moreno “Cantinflas, que en la cinta interpreta tres roles: papelero, bombero y policía. Destaca una de las primeras escenas, en la cual sostiene un estupendo e inigualable diálogo con el comandante Cienfuegos, jefe del H. Cuerpo de Bomberos, interpretado por el gran actor Salvador Quiroz, conversación que no tiene desperdicio y que muestra a un “Cantinflas” de enorme ingenio y lógica, contra lo que se dice que se lenguaje era inexplicable. Muy atinado fue apellidar Cienfuegos al jefe de bomberos, así como Bravo, al Jefe de Policía, el inolvidable Roberto “Panzón” Soto.

Cuba se precia de su “Perla del Sur”, la colonial ciudad de Cienfuegos, en la sureña costa caribeña del país. Cienfuegos llegó a ser un gran centro cultural, portuario y de enorme riqueza económica antes de la debacle impuesta por Fidel Castro. Sin embargo, por los soberbios monumentos que construyeron franceses y españoles, el centro histórico de Cienfuegos está incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Debe su nombre al Capitán General de la Isla de Cuba, José Cienfuegos Jovellanos (1763-1825).

El gran compositor alemán, asentado en Inglaterra, Georg Friedrich Händel, compuso en 1749, la célebre “Música para los reales fuegos de artificio”, grandiosa obra dedicada a una ocurrencia del rey Jorge II (alemán, llevado a Inglaterra por los protestantes, en un lío dinástico para impedir que un católico, aún inglés, ocupara el trono). Con esa obra musical se festejaba el final de una guerra contra Austria. En Whitehall y a lo largo del Támesis se encendieron espectaculares fuegos artificiales, de manera que Londres celebraba, no con cientos, sino con miles de fuegos, el tratado de Aquisgrán. 

Para no quedarnos atrás, los mexicanos hemos visto con pasmo, que un militar, General de División de 4 estrellas y un águila, por haber sido secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Cepeda, era detenido en el aeropuerto de Los Angeles, California hace más de un mes, con fuertes cargos criminales relacionados con la producción, transporte y distribución de drogas y por complicidad con uno de los cárteles de la droga, por cierto, de segundo nivel. Lo sorpresivo es que el gobierno de México no estaba enterado que la DEA (Drug Enforcement Administration) había realizado investigaciones en territorio nacional, sobre las supuestas actividades delincuenciales del general Cienfuegos. Sería llevado a juicio en una corte penal de Brooklyn, Nueva York y con una probable sentencia condenatoria de larga duración, tal vez de por vida.

De inmediato, al saberse la noticia, el presidente de México, con gran enojo, dijo que todos los mandos militares que hubieran estado subordinados a Cienfuegos, serían destituidos, sin percatarse que en la pirámide castrense hubo una cabeza que, indudablemente se hubiera servido de la base militar: generales, jefes oficiales y tropa, para la ejecución de los hechos acusatorios. Después, tal vez reconvenido por los altos mandos actuales, el Ejecutivo cambió el discurso y apeló a la soberanía para decir que la DEA se estaba inmiscuyendo en asuntos nacionales y elogió al ejército. Tardíamente el canciller mexicano hizo una especie de reclamo, más para que Joe Biden lo oyera (por aquello de que sea el nuevo presidente gringo), y de ahí vinieron negociaciones políticas, que no diplomáticas, con el gobierno de Donald Trump, quien sin duda intervino para que la fiscalía americana se desistiera de los cargos a Cienfuegos y éste fue sorpresivamente regresado a México en vuelo privado y en libertad no condicionada a acción persecutoria alguna. 

Se desconoce la suerte futura de nuestro Cienfuegos, conjeturándose que saldrá indemne de cualquier imputación, cierta o falsa. Por lo pronto, no se pierdan el extraordinario número bailable de “Cantinflas”, en “El Bombero atómico”, con una fichera, en un “Night Club” de mala muerte, al son de “María Cristina me quiere gobernar”.

EXTRA: Hoy se cumplen 57 años del asesinato del primer presidente católico de Estados Unidos, John F. Kennedy. Joe Biden será, seguramente, el segundo católico en llegar a la Casa Blanca, luego de 44 protestantes.