Entre el odio, miedo y salvación
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Hagamos Conciencia

Entre el odio, miedo y salvación

 


Como en una película al estilo de las cintas estadounidenses, donde las emociones por la explosión de una cosa grande, el deseo entre personas prohibidas, el disfrute del dinero robado o mal habido y el uso del poder contra el que menos tiene, nos han traído nuestros flamantes políticos en estos últimos meses y lo peor del caso es que muchos habitantes a pie, se meten a “la película” y desean aparecer en la cinta con un papel protagónico que deje huella en ese momento en la historia.

Para tomar partido por alguna idea de “alguien que nos vendió”, sólo se necesita un teclado unido a un teléfono, tablet o computadora, que desde luego esté unido a la red de telecomunicación comercial más grande en este planeta como lo es la internet, y un mensaje, ¡sí un mensaje! que produzca odio, miedo o salvación, temas por demás solicitados, para alimentar a nuestro cerebro reptiliano, generando el interés de varios que buscan lo mismo, una cantidad considerable de likes que alimenten el ego de haber dado palaras salvadoras, que tiempo después puedan usarlas para decir: “te lo dije”.

Hoy el odio, cuya definición por Aristóteles como un deseo de la aniquilación de un objeto que es incurable por el tiempo, no se compara con el sentimiento profundo e intenso de repulsa hacia alguien que provoca el deseo de producirle un daño o de que le ocurra alguna desgracia, la gente que lo emplea es porque vive envenenada y quiere por todos los medios acabar con eso, buscando a la persona o a las acciones que cree, que lo tienen, por ello, cuando observa un mensaje que atente contra su concepto arraigado, comienza a liberar toda esa fuerza en sus palabras, para dañar o someter a otro, de lo que considera “correcto”.

Usted cree que hablando mal del otro y haciéndose juicios sin la inteligencia que debería guiarnos a la respuesta, estamos abonando a la construcción de una sociedad que busca rescatar los valores de respeto, justicia y libertad que como pueblo debemos procurarnos?, o sea hablar y escribir mal del presidente de la república, los gobernantes, los políticos, los profesores, las escuelas, los padres, los abuelos, los empresarios y del “amigo”, ¿hará que todos tomemos conciencia y nuestros actos ya se aquietarán?, por favor, un acto de violencia, genera otro de igual intensidad, parafraseando la tercera ley de Newton sobre la ley de la acción y la reacción.

El sentido de la justicia, ha tenido muchas caras y ha surgido el beneficio personal y el enriquecimiento por cualquiera de las formas conocidas e inventadas por aquellos que están en el ojo de una cámara de video y ahora celular, todo aquello que huela a corrupción, agandalle o cualquier otra forma de vida fuera de lo moral, sigue siendo lo que rechazamos, pero cuando tenemos actos como los últimos difundidos también por las redes sociales donde el caos impera, al no existir un orden ya no decimos organizados por las autoridades que están a cargo, sino por nosotros mismos, entonces como sociedad estamos involucionando a viejas formas de vida.

Estoy seguro que “alguien”, desea que esto ocurra, para sacar beneficio, que no siempre es en bien de la humanidad, sino en bien personal.

Es cierto, las condiciones cada día son peores, hemos tomado decisiones que nos mantienen viviendo con un cuchillo en el cuello, las autoridades que nosotros mismos escogimos, no han podido solucionar problemas que nosotros mismos permitimos y alimentamos, como la corrupción, los actos vandálicos, la educación en valores que ya no se práctica, la violencia física, mental y de cualquier otra índole, al dejar que las cosas sucedan, en fin todas esas formas de vida que se copian y que al no comprenderlas generan más problemas que soluciones.

Venimos señalando a los demás y no nos hacemos cargo de nuestro primer núcleo social que es la familia, le enseñamos a los niños y jovencitos, la forma de hacerse de cosas materiales, como lo vimos en las redes sociales, al llevarlos a los saqueos, a las marchas, a las manifestaciones de odio que día a día se presentan en cualquier parte del mundo.

Es difícil compartir mensajes que de forma inteligente den soluciones a los problemas que vivimos, casi no encontramos mensajes que nos permitan unirnos en contra de los verdaderos problemas, nuestros actos omisos a las situaciones que nos generan malestar común, nuestros actos de corrupción, de violencia en la casa, oficina o negocio, nuestras formas fáciles de hacer justicia sin pensar en las consecuencias, solo por el hecho de sacar ese coraje.

Si usted considera que puede hacer mejor el trabajo o sabe de alguien que lo puede hacer, pues ayúdese, pero en la acción, sea un buen ciudadano, deje de estar doblando la ley a su antojo, busque otras formas de manifestarse y no en las calle afectando a otros, deje de estar robando a la empresa o institución que pertenece, respete a la autoridad en donde labora, haga sus tareas, estudie, prepárese, critique y de soluciones, y si comete equivocaciones, acéptelo, pague por ellas, levántese y sígalo intentando, pero incluya en sus decisiones la conciencia colectiva.

O usted también cree, lo que esos ilusos piensan que, un presidente nos sacará de nuestra pobreza, que al darnos dinero por no hacer nada, se solucionará nuestra miseria, por favor, en qué lugar del mundo pasa eso, ni en nuestra casa, si alguien nos da dinero, es porque hizo algo para que suceda y la verdad a muchos nos enseñaron nuestros padres, que sólo con la retribución del trabajo es posible lograrlo.

Deje de insultar a quién no piense como usted, véase en el espejo, pregúntele a sus hijos y pareja si está usted haciendo bien las cosas para la sociedad donde vive, ¿cómo se ve?, ¿cómo lo ven?
Sigamos compartiendo mensajes en las redes, si esos que nos hagan reír, que nos hagan recapacitar, que nos permitan mejorar el estado de nuestras vidas y si compartimos un mensaje de solución, piense en las consecuencias, utilizando la razón y no solo el sentimiento de rabia por lo que otros hacen y que en el fondo usted también quisiera tener.

Twitter@g_vasquez