El costo promedio para ir a Qatar, para quienes fueron a ver jugar a la selección nacional al Mundial, es de 150 mil pesos, en viaje sencillo de turista, sin lujos y excentricidades.
México es el campeón latinoamericano en injusticia social, es decir, que muy pocos tienen mucho dinero, y muchos, no tienen nada. El hombre más rico de México tiene más dinero que el 50% de los más pobres. En el país, existen 655 multimillonarios con más de 50 millones de dólares cada uno y el 90% de los pobres poseen el 0.001% de la riqueza nacional. Las clases poderosas no han pagado impuestos en los últimos 30 años. La evasión fiscal alcanzó 1,4 billones de pesos, lo que equivale al 6% del PIB. Se estima que se han evadido impuestos, solo con la falsificación de facturas, del orden de los 354 mil millones de pesos. Se estima que viajaron a Qatar 60 mil mexicanos, con un gasto aproximado de 9,600 millones de pesos. Los aficionados mexicanos ocupan el quinto lugar en visitantes a Qatar para la Copa Mundial.
¿Quiénes son los afortunados mexicanos que viajan a Qatar para ver perder a los ratoncitos de la decepción nacional?. ¿Quiénes son esas personas que “orgullosamente” representan a México, con sus enormes sombreros de palma que nadie usa en el país, o los que llevan orgullosos el sombrero de charro para los turistas comprado en el aeropuerto?. ¿Quiénes son esos fantoches sin identidad que cantan el “Cielito lindo” hinchados de pasión nacionalista, esos que no saben en donde está “la Sierra Morena” de dónde vienen bajando el par de ojitos negros de contrabando?. ¿Quiénes son esos que se hacen ricos de los pobres, a quienes desprecian y se burlan de ellos, como aquél simpático personaje que, cargando una bocina, trae la grabación de la gente humilde del país, que se gana la vida comprando fierro viejo?. ¿Quiénes son esos que son tan ricos que pueden viajar tan lejos a hacer el ridículo, creyéndose chistosos, burlándose del propio pueblo que les da de comer?.
Esa gente, no es, ni de aquí ni de allá. Aunque tengan doble pasaporte, aunque tengan a su familia extensa en otro país, allá no los quieren porque ya no pertenecen a esa cultura que abandonaron por hambre, y acá, no se les quiere, porque nunca han tratado como hermanos, a los hijos de la cultura que les da de comer, por eso es que se burlan, nunca han sentido empatía, respeto ni agradecimiento. No tienen empacho ni vergüenza de expresar pública e internacionalmente el desprecio que les produce el pueblo que les ha dado todo, cuando llegaron con una mano atrás y otra adelante.
Todo esto lo pueden hacer, porque al pueblo le han logrado borrar de su conciencia la memoria histórica y la identidad cultural ancestral, de ser, hijos de los hijos de una de las seis civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del planeta. Lo hacen, porque pueden, porque saben que un pueblo amnésico es un pueblo fácil de dominar y explotar. Lo hacen porque han creado, desde 1824, un país ficticio de ellos y únicamente para ellos, en donde siempre se ha ignorado a los que ellos llaman “indios”, o sea, los hijos del Anáhuac. En efecto, han logrado que los anahuacas se crean mexicanos al ejercer una política racista, clasista y excluyente para aquellas personas que tengan la lengua, el fenotipo y la cultura de los pueblos ancestrales del Anáhuac.
Para no ser despreciados, explotados y excluidos, el anahuaca amnésico, trata de abandonar su cultura milenaria y pretende disfrazarse de mexicano, para no ser “indio pata rajada bajado de la sierra a tamborazos”, se moderniza, trata de hablar “físico”, se pinta el cabello de rubio, se trata de “igualar” como sus opresores e intenta vestir como ellos al nivel de sus posibilidades económicas a través de “abonos chiquitos”.
Al volverse mexicano y dejar de ser indio, se cree igual a sus explotadores. Si no puede ir a Qatar, no se pierde el mundial en la televisión. Ese es el gran logro de los extranjeros avecindados en el Anáhuac. Hacer que el pueblo olvide su historia y raíz ancestral, que crea que el Anáhuac es México, que todos los “mexicanos” son iguales, que comparten una misma identidad nacional, que tienen las mismas oportunidades y los mismos derechos, que todos tengan una misma identidad “prehispánica” con la cultura azteca y la México-Tenochtitlan.
El día que el pueblo recobre su memoria e identidad cultural ancestral, volverán a vivir en libertad y en la plenitud armónica que enseña su milenaria sabiduría. Recuperarán la dignidad de ser herederos del Anáhuac y dejarán de ser explotados, excluidos y de sufrir las burlas de los fantoches mexicanos. Educayotl, AC. Descolonizar es dignificar. www.toltecayotl.org
