Del populismo (I)

EN virtud de que estamos en el filo, a un paso (2024) de consolidar o desechar un gobierno dictatorial, me parece prudente dar paso a las palabras de la politóloga Gloria Álvarez, quien describe con precisión al populismo, misma que empata con las acciones que va tomando el MITÓMANO de Macuspana.

La famosa guatemalteca refirió que, “El debate para América Latina, ya no puede ser derechas e izquierdas, realmente, la batalla (se debe centrar) entre populismo versus república. Porque el populismo se encarga de desmantelar instituciones, poco a poco los líderes corruptos de nuestra región -Álvarez estudia este fenómeno que aqueja a América Latina-, amalgaman poder desmantelando instituciones, reescribiendo constituciones, cambiando códigos y leyes y sobre todo, restringiendo libertades individuales y de comercio de sus pobladores.

“(…) el populismo no ha llegado ahí por casualidad, realmente es porque nuestras democracias han sido poco republicanas. No hemos logrado establecer igualdad ante la ley, ni justicia para todos, mucho menos el impedir que los empresarios busquen privilegios o los sindicalistas, amigos del poder, también busquen los suyos.

“Las graves fallas de nuestros gobiernos demoraron nuestro desarrollo y nos permitieron caer en las redes del populismo. Los líderes populistas, militares o electos, de derecha o de izquierda, consideran que se les ha dado el poder de hacer lo que consideren necesario, incluso incumpliendo las leyes y la constitución vigentes con tal de cumplir con la supuesta voluntad popular.

“(…) ese paraíso de bienestar prometido nunca llega y en general solo termina notándose EN la mejora del nivel de vida de los que ejercen el gobierno y su círculo más cercano (¿Alguien puede negar esto?)

“De esta forma las personas empiezan a ver sus derechos violentados y cada vez tienen menos posibilidades sobre cómo encauzar el rumbo de sus vidas (…) nos volvemos súbditos porque sólo los funcionarios iluminados tienen las únicas decisiones y así nos transformamos en esclavos de un populismo paternalista. Es irónico, nos consideramos personas maduras (pero) elegimos gobiernos que proponen tratarnos como papás autoritarios y nosotros ser los niños irresponsables.

“Los grandes líderes populistas como Perón, Mussolini, Kirchner, Chávez o Getúlio Vargas, coinciden en tomar una parte de la población y volverla el enemigo interno que, junto con el enemigo externo, se convierten en lo que los populistas llaman anti pueblo (…) en cada discurso el populista busca insertar odio en la sociedad hacer que el pueblo odie al anti pueblo.

“El antipueblo puede tomar diferentes formas externas o internas; la oligarquía, la plutocracia, los yankees (yanquis), los españoles conquistadores, los empresarios locales, en fin. El pueblo, en cambio, es un cúmulo de todas las virtudes de una sociedad, el pueblo honrado es desinteresado y el pueblo nunca se equivoca, siempre escoge al mejor líder. Con esta dicotomía, el populista logra insertar odio en la sociedad (…) y logra que una parte del pueblo se enamore de él, le perdone todos los nuevos actos de corrupción, cambios de constitución, falta de justicia, porque supuestamente todo lo que el populista hace es, en nombre del pueblo y cualquier cosa que vaya mal siempre será culpa del anti pueblo.

“Todo esto, se refuerza con actos de adoctrinamiento masivo, en los programas de radio, de televisión, redes sociales y también en el SISTEMA EDUCATIVO (Véase, Escaparate Político del 30 y 31 de agosto de 2022 para ahondar en lo que está haciendo en México el Mitómano de Macuspana con la educación). Mañana Continuamos.

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