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Escaparate Político

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La falta de oficio político, ausentismo casi permanente de sus obligaciones desde el poder y otros yerros, han provocado que el presidente municipal Oswaldo García Jarquín, sea blanco de los diputados y otros grupos del Morena que ven con recelo su entrega a lineamientos ajenos a su partido. Sus constantes pifias han unificado en su contra a muchos morenistas con la idea de hacerlo naufragar.
La primera trampa en que cayó fue su proyecto de instalar parquímetros. Me informan que su plan de privatizar las calles del Centro Histórico lo anunció siguiendo solo los consejos del grupo de gabinistas que lo tienen cooptado.
En los corrillos del Congreso y las reuniones del cartel22, suena fuerte el rumor de que a Oswaldo lo besó el diablo desde que cometió el grave yerro de ignorar a sus compañeros de partido y entregarse a las recomendaciones que le hacen algunos personajes señalados como cerebros del gran saqueo del erario público durante el gobierno de Gabino Cue.
Cuando los malquerientes de este alcalde morenista denunciaron públicamente desde el Congreso local, que “detrás del proyecto de los parquímetros se está fraguando un lucrativo negocio de particulares”, sabían lo que decían.
Los rumores indican que los autores del proyecto de los parquímetros son Jorge Castillo y Juan José Álvarez Candiani, señalados en muchos medios como los que fraguaron el saqueo del sexenio con el gobernador Gabino Cué.
Me dicen que el señalamiento tiene lógica por la familiaridad que une a Álvarez Candiani con el alcalde Oswaldo García. La esposa de este último es Patricia Benfield López y su hermana Alejandra está, o estuvo casada con Juan José Álvarez Candiani, es decir, son concuños. Esta cercanía los lleva, seguramente, a concebir el gran negocio de los parquímetros, pero también les abre un frente político con los del cartel 22, muy peliagudo de remontar. Les digo porqué.
VA A CAER, VA A CAER
Me dicen algunos diputados maestros que el anuncio de los parquímetros por parte del presidente municipal causa escozor entre los activistas de los diferentes grupos del magisterio. No han olvidado el tenebroso episodio del secuestro de los niños Álvarez Benfield atribuido a grupos del ala radical del cartel 22 que, al llegar al presidente López Obrador, fueron los primeros “presos políticos” amnistiados. Están libres convencidos de que con ese plagio intentaron, sin éxito, resarcir un poco el “saqueo brutal” del sexenio durante el Gabinato.
Lo extravagante -dicen- es que ahora estos personajes vuelvan a unirse e involucrarse en el intento de negocio tan lucrativo. Pero hay algo más lúgubre: que un presidente municipal emanado del partido por el que tanto lucharon los maestros oaxaqueños, se convierta en impulsor de un negocio tan mendaz en perjuicio de la sociedad. Ni el PRI se atrevió a tanto. Esto va, dicen, contra las convicciones del movimiento magisterial. También es un tema que habla de privatización de las calles cuestión que han rechazado frenéticamente los grupos del cartel 22 y organizaciones afines.
Dicen que la mayoría de los grupos y organizaciones del Morena no comulgan con la idea “aberrante” de los parquímetros. Por el momento empiezan a tejer alianzas, no solo para moverle el tapete a Oswaldo García sino para una gran movilización en caso de que insistan en privatizar las calles. Los primeros en lanzar advertencia son los grupos de vendedores ambulantes que mueve el cartel 22 y que son mayoría. Vamos a posesionarnos de todas las calles, dicen.

CORRUPCIÓN EN EL ISSSTE
No pocos trabajadores del ISSSTE miran con sospecha la actuación del médico Ángel Martín Priego Pineda, dirigente de la Sección sindical número 25.
Causa recelo que este lidercillo no diga nada ante la falta de medicamentos, insumos y serias deficiencias en los hospitales y consultorios del ISSSTE. No hay papel ni jabón en los baños de los hospitales.
Dicen que le conviene esta actitud de complicidad porque la parte patronal le permite seguir haciendo negocios personales. Recuerdan que en nada ha variado su comportamiento corrupto desde que fue delegado sindical en el hospital de Tehuantepec.
¿Saben qué hacía? Sus compañeros recuerdan que vendía plazas, organizaba huelgas locas para cerrar la clínica, traficaba con las licencias médicas, hacia fiestas en ese centro hospitalario que terminaban en verdaderas orgías.
Como dirigente sindical sigue con las mismas prácticas vergonzantes además de que no respeta las condiciones generales de trabajo. Ante tantos abusos, sus propios compañeros sindicalizados se están organizando para sentarlo en el banquillo de los acusados.
NOTA: Con la venia de nuestro Director General Benjamín Fernández Pichardo, este columnista se toma unos días de asueto. Felicidades y gracias a nuestros amables lectores por un año más de fidelidad en la lectura de este espacio. Volvemos el dos del próximo enero.

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