UABJO, encrucijada

Eduardo Bautista Martínez, rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, advierte: si no hay voluntad del Estado de sanear sus finanzas, esta institución puede caer en su crisis más profunda. Dice que a poco más de un mes de concluir el 2019, enfrenta un déficit de 115 millones de pesos en su presupuesto (Diario Tiempo).
Otros universitarios consultados sobre las dificultades que enfrente su alma mater, sostienen que esto es resultado de la ambición desmedida de los grupos de poder que la mantienen en calidad de rehén. Parece que la intención del gobierno al no entrar con seriedad a un plan de rescate de la Universidad, es dejar hacer y dejar pasar. Lo que busca es no generar olas y dejar que se hunda la UABJO mientras fortalecen otras opciones de enseñanza superior como es el Sistema de Universidades (Suneo).
La inacción del gobierno fortalece verdaderos feudos. El grupo más poderoso lo encabezan “Los Chapos” Abraham Martínez con su parentela incrustada en posiciones claves de la administración universitaria (acaba de entregar a su yerno y al más temible de sus porros, el control de la malograda Escuelas de Derecho).
Le sigue la pandilla de “La Loba” Leticia Mendoza Toro quien controla como negocio particular la Preparatoria seis, Bellas Artes, Veterinaria y siempre en posiciones de primer nivel como la Secretaria General que hoy detenta.
El clan con algunos signos de civilidad es el que encabeza Enrique Martínez. Mantiene el control de las facultades de Ciencias Químicas, Enfermería, Odontología
De aquí se desprenden otras pandillas con menor fuerza pero que también tienen su espacio de poder como Pizarro que controla la Preparatoria uno, Vilchis que es el que manda en la siete. Aunque operan por su lado se unen en momentos coyunturales.

Anarquía total
Ante la ausencia de normas y gobierno la anarquía es brutal y entre la ley del más fuerte cada caterva hace con la UABJO lo que se le ocurre.
En este momento, por ejemplo, los Chapos tuvieron la ocurrencia de exigir que las cuentas bancarias de la Universidad sean inembargables. En una especie de amarrarse el dedo antes de cortarse, piden algo que jurídicamente es una aberración. Lo hacen desesperados ante el cúmulo de despidos injustificados ordenados por los que controlan cada escuela. En este momento la UABJO enfrenta 700 juicios laborales, casi todos perdidos. Si acataran la ley tendrían que pagar unos 300 millones de pesos de indemnización por lo que el abogado general, Héctor López Sánchez, incondicional de Los Chapos, solo recurre a la política del avestruz pese al cúmulo de emplazamientos de los jueces.
Otra causa de la crisis es que los grupos que controlan cada escuela contratan personal sin autorización de la SEP ni Hacienda. El desorden financiero de administraciones anteriores derivó en jubilaciones a modo. Es una universidad de quinta pero algunos maestros y funcionarios se autorizaron prestaciones laborales de primer mundo.

En quiebra
La situación es tan crítica que la UABJO encabeza la lista de nueve universidades públicas con el mayor déficit en el país. Entre todas tienen un déficit en conjunto que supera los 16 mil millones de pesos.
El rector Eduardo Bautista dijo que a la par con las gestiones para el rescate financiero, se han adherido al programa de austeridad y han tomado acuerdos conjuntamente con las secretarías de Hacienda, la de Educación Pública y el gobernador del estado, pero los grupos de poder y sus sindicatos insisten en no ajustarse a las nuevas reglas y quieren cobrar bonos de actuación (no marchas, plantones ni huelgas) y hasta de productividad, aunque son los más infructíferos.
Aunque cada grupo que controla escuelas tiene ingresos propios, la nómina de dos mil trabajadores y 400 jubilados es con cargo directo a la administración universitaria. Para solventar esta carga laboral, la institución está gestionando para el próximo año una ampliación presupuestal por el orden del 45.27 por ciento al presupuesto para el ejercicio fiscal venidero.
Si esto no se concede la UABJO seguirá sumergida en la mediocridad como el hecho de tener maestros en cantidad, pero sin calidad, supeditados al control político de los grupos de poder no a las necesidades académicas. A eso se debe que, en la Universidad de Oaxaca, haya porros en lugar de maestros porque ¿Qué académico puede dar una cátedra a cambio de 46 o 65 pesos la hora?

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