¿Derechos humanos?
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¿Derechos humanos?

 


Los que quieren seguir con el control de la potestad de los derechos humanos en Oaxaca, andan muy persistentes. Su comandante en jefe, Flavio Sosa, pone de manifiesto su intención en el grotesco manipuleo que hace con los cinco diputados miembros de la Comisión respectiva.

Los maneja como sus títeres, me dice un miembro del Congreso local. La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos Magaly López Domínguez ligó la curul a propuesta de la organización “Comuna” propiedad de Flavio Sosa, así que ya sabrán a quien obedece. Los otros diputados de dicha comisión son: Víctor Cruz Villar, Elisa Zepeda Lagunas, Magda Isabel Rendón y Alejandro López Bravo, todos con el fierro morenista. Estos nombres vale la pena registrarlos porque, como dice el jurista Álvaro Jiménez Soriano al poner al descubierto la simulación de la convocatoria y retirarse de la contienda: “…la historia será fiel testigo y juzgará los próximos acontecimientos”.

Aunque el incendiario Demonio de Tasmania, aparentemente no tiene injerencia en la cámara de diputados, con mucha antelación tejió una red de complicidades al interior del Congreso. Ya tenía en mente apropiarse de la DDHO.
Fiel a su condición de gandalla y ajeno al dicho de López Obrador de que este sería un gobierno “diferente”, hizo a su hermano Horacio, diputado igual que a otros miembros de su membrete “Comuna”. Ahora los utiliza.

Según los trascendidos, el dueño de Comuna controla y manipula a la Comisión de Derechos Humanos del Congreso local, “para quedarse con la Defensoría de los Derechos Humanos de los pueblos de Oaxaca”.

¿Y cuáles son sus instrumentos?
La pieza principal del demonio de Tasmania es su hermano, el diputado Horacio. Este es el que “tripula” a los cinco curulecos de la comisión respectiva. Les da instrucciones y les consigue dinero que autoriza la presidenta de la JUCOPO, Laura Estrada Mauro. Esta diputada también está reducida al papel de marioneta. Así como Magaly López es manejada por Flavio y Horacio, Laura es conducida, hasta para las decisiones mínimas, por el senador Salomón Jara. A esto han quedado reducido la mayoría de las mujeres en el congreso de la 4T.

Se confabulan
Esta es una triste realidad, pero las diputadas han aceptado ser denigradas de esta manera, me comenta otro legislador que desgrana la docilidad de los diputados y funcionarios de la cámara atados a los intereses de Flavio Sosa.

Menciona a Elisa Cepeda Lagunas integrante de la Comisión permanente de Derechos Humanos quien también debe su curul a la organización “Comuna”.

Operan con los diputados pero también hacen su labor otros funcionarios que atienden los mismos intereses. Es el caso de Razhy González Rodríguez, secretario técnico de la Comisión Permanente de Derechos Humanos y pareja de Jessica Sánchez Maya una de las piezas incrustadas en la lista de aspirantes a la DDHO.

En el engranaje de la trama también están: Gilberto López Jiménez, director de Asuntos Jurídicos del Congreso, y esposo de Magaly López Domínguez. Miguel Ángel Martínez Maya, jefe de la Unidad Técnica de la Comisión del Órgano Superior de Fiscalización y cuñado de Horacio Sosa. Elizabeth Reyes Nolasco suplente de la diputada Magaly López Domínguez y cuñada de César David Mateos Benítez. Éste es socio de Flavio y aspirante a ser el DDHO.

También conspira Flor Estela Morales Hernández aspirante a titular de la DDHO y activista de “Comuna” y, me dicen, amante de César David Mateo Benítez
Jessica Sánchez Maya también es militante de “Comuna”, igual que César David Mateos candidato a pesar de sus antecedentes. Fue detenido y procesado por delitos de secuestro, lesiones calificadas y robo con violencia. Es decir, es un sistemático violador de los derechos humanos que quiere ser el ombudsman de Oaxaca.
Trama tan perversa del demonio de Tasmania, va contra la línea de “no mentir, no robar” que pregona el presidente López Obrador.

Si logran volverá imponer al ombudsman que sustituirá a su testaferro Arturo Peimbert, burlarían el artículo 102 constitucional que ordena que la Defensoría de los Derechos Humanos (DDHO) “contará con autonomía de gestión y presupuestaria, personalidad jurídica y patrimonio propios”. Es decir, su cometido y su presupuesto de 35 millones de pesos, se sujetaría a lo que dispongan los miembros de la banda que comanda el incendiario Flavio.

Grave que este grupo persista en el dominio de la DDHO la cual consideran botín de guerra e instrumento para los fines de estas sociedades políticas beligerantes arropadas en el cartel22 y la APPO.

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