Mensaje de navidad
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Entre columnas

Mensaje de navidad

 


Todos aquellos que me han hecho el honor de leer y comentar mi columna, habrán podido darse cuenta que la postura que mantengo es jurídica, incluso un poco política, tratando de ser siempre lo más objetiva e imparcial posible, buscando realizar una sana crítica a las determinaciones que considero pueden afectarnos como sociedad, y siendo realistas, muchas de ellas han sido con cierto recelo hacia las decisiones que ha tomado nuestro Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, en virtud que en lo personal, desde sus campañas, me ha parecido que se ha conducido con un discurso demagogo y complaciente con la única finalidad de acceder al poder.

Sin embargo, en días pasados tuve la oportunidad de platicar con un excelente amigo, quien fue mi catedrático en la maestría en Derecho Constitucional y por consiguiente, cuenta con una amplia preparación en derecho y ciencias sociales, y me comentaba que él tiene la certeza que efectivamente Andrés Manuel López Obrador tiene toda la intención de terminar con la corrupción en el país, pero desgraciadamente, dicho mal que debería ser la excepción, es la regla general, es decir, estamos acostumbrados a ser una sociedad que fomenta la corrupción, que en su momento está dispuesta a otorgar dinero simplemente por tener algún trato preferencial de cualquier tipo y que, de manera excepcional cumple con sus obligaciones, por lo que, aprovechando la inercia de la navidad, y del solsticio de invierno, que son fechas que nos invitan a hacer un balance del bien y del mal, pues simbólicamente nos enseñan que cada cumplimiento de cada ciclo es una oportunidad para evolucionar, pues el periodo de vida de cada ente termina precisamente para que la vida en esencia sea eterna, ya que del germen que surge de la putrefacción se genera la vida nueva, con un nivel de evolución mayor, es que me permito hacer la presente reflexión:

El ser humano cuenta con distintos niveles de conciencia, entre los que destacan: la conciencia moral, que es lo que nos permite discernir del bien y del mal, y la conciencia social, que nos permite percibir y entender la influencia que nuestros semejantes tienen en nuestra propia existencia, pero además, somos seres políticos, pues contamos con la capacidad de crear estructuras complejas de convivencia y someternos a ellas, mismas que van cambiando para adecuarse a las necesidades sociales, así es como creamos el estado, como un ente a nuestra imagen y semejanza, y en el nivel de civilización en el que nos encontramos, la soberanía radica en el pueblo porque es necesario que seres de naturaleza virtuosa, como lo somos los seres humanos, puedan determinar la forma en la que desean gobernarse, siendo que si somos introducidos a una sociedad corrupta, nos corromperemos, es por eso que debemos luchar contra los tres elementos que son los principales causantes de las miserias morales de los pueblos: la ignorancia, la indiferencia y los excesos del poder constituido. Por fortuna, actualmente contamos con todos los elementos para combatir dichos vicios de manera gradual, pues el acceso a la información es muy amplio, y eso nos permite actuar de manera informada e involucrarnos en las políticas públicas y en las decisiones de gobierno que nos afectan como sociedad, y una población informada y activa no permite que existan excesos del poder constituido, lo cual nos permitirá crecer, para alcanzar el deber ser social.
En mi experiencia, no he conocido a un solo servidor público que asuma el cargo con la intención de perjudicar a la sociedad, al contrario, la totalidad de los que conozco personalmente son personas con ideales y principios que buscan el bien común, pero que deben tomar decisiones que no siempre son populares, o en ocasiones benefician a ciertos sectores, y surge en todo momento críticos que en muy pocas ocasiones proponen algo, y pareciera ser esa la naturaleza del mexicano que debemos cambiar, arraigada con nuestra propia historia, pues el propio general don José de la Cruz Porfirio Díaz Mori consideraba que la diferencia por la que Estados Unidos era potencia en su época, era precisamente porque en dicho país, cuando era electo un nuevo Presidente, la sociedad se unía para apoyarlo, mientras que en México, incluso actualmente nos unimos para atacarlo, y de nada sirve satisfacer el ego de decir “te lo dije” si la consecuencia es que nos vaya mal a todos; es por eso que espero que sepamos utilizar a favor los cambios de ideología política y las decisiones de gobierno para unirnos como Mexicanos por el bien de la República.

¡Feliz Navidad!

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