¿Cuál es el origen y el papel de las remesas?
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Opinión

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¿Cuál es el origen y el papel de las remesas?

 


Desde que inició la migración masiva de mexicanos hacia Estados Unidos, a partir del Programa Bracero en los años cuarenta del siglo pasado, las remesas han sido un flujo importante para la economía nacional. De acuerdo al Banco de México (Banxico), en el 2018 ingresaron al país 33 mil 480.55 millones de dólares –cifra record– por concepto de remesas, lo que representó un incremento del 10.53% con respecto al 2017; por lo anterior, las remesas mantienen un comportamiento positivo desde 2014.
Considerando las remesas por entidades federativas, las cinco con mayor ingreso fueron: Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Estado de México y Oaxaca. En estos cinco estados se concentraron cerca del 40% de las remesas del país. Hay que señalar que Michoacán, Jalisco y Guanajuato han sido denominadas, por los especialistas, como entidades de “tradición migratoria” por el largo tiempo y continuidad del desplazamiento de su población hacia el vecino país del norte.
En el Estado de Oaxaca se recibió en 2018 un monto de 1,731 millones de dólares por remesas, lo que representó un incremento anual del 12.83%. Las regiones de Valles Centrales, Mixteca, Sierra Norte y Sierra Sur son las que acapararon los envíos realizados por nuestros paisanos en el exterior. A diferencia de los estados de “tradición migratoria”, en la entidad el flujo hacia Estados Unidos no ha sido constante; la migración masiva de oaxaqueños inició con el Programa Bracero, pero decayó con la finalización de éste en los años sesenta; entonces, la migración empezó a dirigirse hacia la Ciudad de México donde el modelo económico, basado en la industrialización por sustitución de importaciones, exigía fuerza de trabajo; para la década de los ochenta los oaxaqueños tuvieron como destino los campos agrícolas, primero en el norte del país y después en Estados Unidos.
En los medios de comunicación y en el discurso oficial se expone que la recepción de remesas es positiva para el país, pero no se mencionan los siguientes puntos: las causas de la migración, las condiciones en las cuales se originan las remesas y la función que tienen éstas. El desplazamiento de personas más que ser una opción es una obligación para poder sobrevivir en un país azotado por la violencia, falta de empleos, bajos salarios y miseria. No encontramos ninguna preocupación o interés por la forma en que llegaron los connacionales a Estados Unidos, debería tenerse presente que una parte importante de éstos cruzó de forma ilegal, lo que representó un significativo costo económico, así como la exposición de la vida. Tampoco mencionan las condiciones laborales que viven los mexicanos del otro lado de la frontera: explotación y discriminación.
Además de omitir las condiciones en las cuales surgen las remesas, los medios de comunicación y el gobierno sobrevaloran su papel, al considerar que éstas pueden potenciar el desarrollo de los lugares de origen. La fracción de ingreso que envían los mexicanos radicados en el exterior hacia sus familiares no cumple otra función que la de permitir acceder a los bienes y servicios indispensables. De acuerdo a la Encuesta de Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) del 2015, de la población que recibe remesas el 58.9% la ocupa en gastos de comida, personales o pago de servicios; 25.4% para atender una enfermedad, emergencia o imprevisto; mientras que 7.1% en la educación de los hijos; 2.5% lo invierte en negocios; y sólo 2.1% lo utiliza para comprar algún bien o activo (animales, terrenos, autor, etc.). Las remesas no representan una palanca para el desarrollo, son ingresos necesarios para las familias, pero no pueden cambiar aquellas condiciones que detonaron la migración.
Difícilmente podrá hacerse de la migración una opción y no una necesidad bajo el sistema económico actual, en el cual predomina la desigualdad; por otra parte, los cambios en el ámbito político –la famosa 4T– son modificaciones de forma pero no de fondo. De mantenerse la migración masiva de mexicanos, las poblaciones tenderán a envejecer o desaparecer; lo anterior puede constatarse en municipios de la Mixteca, región donde históricamente han convivido la miseria y la migración.